Mi
amiga Patricia y yo
cansadas
de imaginar,
nos
pusimos a viajar
en
biciclo sin motor.
Realizamos
un periplo
recorriendo
todo el mundo,
desde
las zonas polares
hasta
las que son australes.
Al
llegar al polo norte
no
sé ni como pasó,
un
oso desadaptado
a
nuestra bici se aupó.
El
con nosotros viajaba
y cómo
se divirtió,
pero
al llegar a la playa
de
la bici se bajó.
Vive
en ese paraíso,
él
ahí ya se instaló,
pero
aún hoy, yo no me explico
cómo
a la bici trepó.
Yolanda
de la Colina Flores
27
de agosto del 2014
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