Capítulo 2
Mascarada
Minina irrumpió en nuestras vidas
en forma inusitada y señalo que arribó de esta manera porque fue una visita
totalmente inesperada. Su llegada coincidió con la salida incipiente del estío,
en una noche plagada de ventiscas y lluvias de hojas matizadas con los tintes
propios de la venidera estación.
Quizás no la habríamos
descubierto sino hasta el día siguiente, si no fuera porque el gato del vecino
la había tomado con nosotros y todas las noches nos recetaba un despliegue en
toda regla de su capacidad para emitir aullidos.
Cansados de intentar ahuyentarlo,
con mil y una maneras que toda la gente que nos estimaba había sugerido, no nos
había quedado más que utilizar el sabio y antiguo consejo que siempre daba
resultado, la de lanzarle un zapato. Así que después de escoger entre nuestro
repertorio de viejas zapatillas, las que menos nos servían, mi marido y yo nos
dispusimos a la acción, para lo cual abrimos la ventana, que por supuesto
permanecía cerrada para mitigar el concierto nocturno del felino; cuando al
abrirla, en el dintel de la misma, sobre la cornisa, se encontraba una canasta,
de esas donde las abuelas guardan ovillos, con un bebé precioso durmiendo
tranquilamente, mi esposo y yo nos quedamos sorprendidos tanto de su presencia,
como del hecho de que no perturbasen su sueño los horrendos maullidos que ahora
se hacían más sonoros, antes de cerrar la ventana nuevamente e introducirla a
nuestra habitación, por supuesto aventamos las zapatillas al remedo de
cantante, con tan buen tino, que acabó la función.
Depositamos la pequeña canasta
sobre nuestra cama y vimos que la pequeña estaba cubierta de suaves sábanas y
acolchada cobijita, como si hubiesen sido elaboradas con pieles de algún armiño
no nato. Dormía placidamente y en una de sus pequeñas manos, portaba una
pequeña carta, sosteniéndola con un cuidado sorprendente ya que ésta no tenía
ni la más leve arruga.
Tomamos la carta con suavidad
para no despertarle, y al abrirla una serie de polvitos como diminutas
estrellas parecían emanar del interior
del sobre. Mi marido y yo leímos al
mismo tiempo lo escrito en aquella pequeña hoja y si ya estábamos estupefactos
ante lo acontecido, nuestro grado de perplejidad aún creció más. La misiva
rezaba así:
Esta niña es especial,
os ha sido enviada de lejos
como un regalo del Creador,
cuidarla, educarla y amarla.
Su nombre es Minina, favor de
respetarlo.
Al final en lugar de una firma
aparecía una especie de sellito lacrado que parecía la huella de un pequeño
felino. La criatura nos robó el corazón desde el primer instante, así que de
más está decir que cumplimos y recorrimos todo el camino intrincado y tedioso
necesario para lograr su adopción. Desde entonces Minina forma parte de nuestra
familia y ha venido a llenar nuestras vidas de alegría, emoción y ternura.
Como podréis ver, respetamos el
nombre que en la pequeña misiva se nos indicó, aunque al principio no estábamos
muy de acuerdo con él a medida que el tiempo pasó nos dimos cuenta que no
pudimos haber tomado más certera decisión y a continuación os indicaré el
porqué.
Nuestra pequeña hija desde
siempre mostró predilección por todo aquello que hiciese referencia o de plano
perteneciera al mundo gatuno. Sus juguetes siempre eran gatos, tigres, panteras
jaguares, leopardos, ocelotes y cuanto
animal felino se atravesase en su camino.
Su habitación y nuestra casa poco
a poco fueron sufriendo una metamorfosis en toda su decoración y todo tenía que
ver con el mundo de esta especie. Al principio sin querer la misma inercia de
proporcionar a nuestra nena, nos llevó a ir llenando nuestro hogar de todos
estos accesorios y muebles, porque como podréis suponer los gatos en nuestra
lista de preferencias zoológicas se encontraban seguramente en el último lugar.
Pero como señalan los sabios dichos acertadamente, aquello que menos puedas ver
seguro en tu casa habrás de tener y de cómo la vida da muchos vuelcos. Así las
cosas, nuestro hogar está ahora repleto y tapizado de elementos, muebles, y
ornamentos que hacían honor al mundo gatuno.
Cuando Nina pudo emitir sus
primeros vocablos en medias palabras me indicó como le realizara un elaborado
peinado, una especie de moño que adornaba su coronilla de tal forma que
parecían unas orejas de gato hechas con su propio pelo, cuando tuvo la edad
suficiente, ella misma se peinaba de esta manera y aprendió a hacerlo de tal
forma que le quedaba muchísimo mejor que cuando yo peinaba sus pelirrojos
cabellos.
Ya sabíamos que nuestra hija era
especial y que sus preferencias no se igualaban a ninguna chiquilla de nuestro
barrio, pero, quitando su extraña afición, la considerábamos una niña normal,
eso sin tomar en cuenta que en cuestiones escolásticas era realmente ejemplar,
siempre sacaba las mejores notas en todos los ámbitos de su aprendizaje, en la
lectura y cálculos matemáticos se destacó muchísimo tiempo antes de ingresar en
cualquier institución de enseñanza de forma nata y natural. Salvo esas
excepciones, nuestra pequeña podía pasar por este mundo, como cualquier otra
niña de su edad. Y todo hubiese quedado así si no fuese porque un buen día las
maestras del colegio al que Nina asistía organizaron una mascarada, donde los
niños debían hacer su propia máscara; para asistir al evento, su elaboración debía estar basada en aquello que más les
agradara, por supuesto la máscara de Nina era la de un gato.
Mi pequeña pasó varios días
elaborando su máscara encerrada en su habitación y aduciendo que cuando la
tuviese terminada quería darnos una sorpresa, no permitía que nadie entrase mientras
ella no la tuviese a buen resguardo.
Llegó el famoso día del evento y
Nina nos tenía expectantes, todos en casa esperábamos su aparición y no
defraudó a la audiencia, su apariencia y su máscara nos dejó estupefactos.
Nuestra niña había cambiado de peinado, ahora su testa la adornaba una especie
de diadema coronada con dos hermosas orejas de gato, eran tan perfectas que
parecían formar parte de su cabeza, tenían hasta el pelaje propio de su especie
y parecían moverse, la máscara tenía la misma manufactura y ésta contra todo
pronóstico no tenía orejas, de tal forma que al ponerla sobre su rostro parecía
que Nina tenía sobre su cuello una verdadera cabeza de un gato viviente.
Una de las cosas que más nos
impresionó a mi marido y a mí, era el
hecho de que la máscara no tenía las clásicas perforaciones en el lugar
correspondiente a los ojos para poder mirar y sin embargo Nina veía
perfectamente a través de los ojos de la máscara e incluso parecían tener
movimiento, la otra y quizás la más impactante es que la nena se había puesto
una especie de mallas que en su morfología y en su punta terminaban en unas
perfectas patas de gato y bajo su vestido asomaba una preciosa y caudalosa
cola. Al ver nuestro rostro Nina solamente dijo: -¿Ah, esto?, son simplemente accesorios.
Capítol 2
Festa de màscares
Mixeta va irrompre en les nostres
vides en forma inusitada i assenyalo que va arribar d'aquesta manera perquè va
ser una visita totalment inesperada. La seva arribada va coincidir amb la
sortida incipient del estiu, en una nit plagada de torbs i pluges de fulles matisades
amb els tints propis de l'esdevenidora estació.
Potser no l'hauríem descobert
sinó fins a l'endemà, si no fos perquè el gat del veí l'havia pres amb
nosaltres i totes les nits ens receptava un desplegament en tota regla de la
seva capacitat per emetre udols.
Cansats d'intentar espantar-ho,
amb mil i una maneres que tota la gent que ens estimava havia suggerit, no ens
havia quedat més que utilitzar el savi i antic consell que sempre donava
resultat, la de llançar-li una sabata. Així que després d'escollir entre el
nostre repertori de velles sabatilles, les que menys ens servien, el meu marit
i jo ens vam disposar a l'acció, per a això obrim la finestra, que per
descomptat romania tancada per mitigar el concert nocturn del felí; quan en
obrir-la, en la llinda de la mateixa, sobre la cornisa, es trobava una
canastra, d'aquestes on les àvies guarden cabdells, amb un bebè preciós dormint
tranquil·lament, el meu espòs i jo ens quedem sorpresos tant de la seva
presència, com del fet que no pertorbessin el seu somni els horribles mioles
que ara es feien més sonors, abans de tancar la finestra novament i
introduir-la a la nostra habitació, per descomptat llancemles sabatilles a la
copia de cantant, amb tan bon encert, que va acabar la funció.
Dipositem la petita canastra
sobre el nostre llit i vam veure que la petita estava coberta de suaus llençols
i embuatada en una acull petita com si haguessin estat elaborades amb pells
d'algun ermini no nat. Dormia plàcida·lament en una de les seves petites mans,
portava una petita carta, sostenint-la amb una cura sorprenent ja que aquesta
no tenia ni la més lleu arruga.
Prenem la carta amb suavitat per
no despertar-li, i en obrir-la una sèrie de pols com a diminuts estels
semblaven emanar de l'interior del sobre. El meu marit i jo vam llegir al
mateix temps l'escrit en aquella petita fulla i si ja estàvem estupefactes
davant l'esdevingut, el nostre grau de perplexitat encara va créixer més. La
missiva resava així:
Aquesta nena és especial,
us ha estat enviada des de lluny
com un regal del Creador,
cuidar-la, educar-la i
estimar-la.
El seu nom és Mixeta, favor de
respectar-ho.
Al final en lloc d'una signatura
apareixia una espècie de segell lacrat que semblava la petjada d'un petit felí.
La criatura ens va robar el cor des del primer instant, així que de més està
dir que complim i vam recórrer tot el camí intricat i tediós necessari per
aconseguir la seva adopció. Des de llavors Mixeta forma part de la nostra
família i ha vingut a omplir les nostres vides d'alegria, emoció i tendresa.
Com podreu veure, respectem el
nom que en la petita missiva se'ns va indicar, encara que al principi no
estàvem molt d'acord amb ell a mesura que el temps va passar ens vam adonar que
no vam poder haver pres més precisa decisió i a continuació us indicaré el
perquè.
La nostra petita filla des de
sempre va mostrar predilecció per tot allò que fes referència o de plànol
pertanyés al món dels gats. Les seves joguines sempre eren gats, tigres,
panteres jaguars, lleopards, ocelots i quant animal felí es travessés en el seu
camí.
La seva habitació i la nostra
casa a poc a poc van ser sofrint una metamorfosi en tota la seva decoració i
tot tenia a veure amb el món d'aquesta espècie. Al principi sense voler la
mateixa inèrcia de proporcionar a la nostra nena, ens va portar a anar omplint
la nostra llar de tots aquests accessoris i mobles, perquè com podreu suposar
els gats en la nostra llista de preferències zoològics es trobaven segurament
en l'últim lloc. Però com assenyalen els savis dits encertadament, allò que
menys puguis veure segur a la teva casa hauràs de tenir i de com la vida dóna
moltes bolcades. Així les coses, la nostra llar està ara replet i cobert
d'elements, mobles, i ornaments que feien honor al món felí.
Quan Mix va poder emetre els seus
primers vocables en mitges paraules em va indicar com li realitzés un elaborat
pentinat, una espècie de trossa que adornava el seu cap de tal forma que
semblaven unes orelles de gat fetes amb el seu propi pèl, quan va tenir l'edat
suficient, ella mateixa es pentinava d'aquesta manera i va aprendre a fer-ho de
tal forma que li quedava moltíssim millor que quan jo pentinava els seus
pèl-rojos cabells.
Ja sabíem que la nostra filla era
especial i que les seves preferències no s'igualaven a cap noia del nostre
barri, però, llevant la seva estranya afició, la consideràvem una nena normal,
això sense prendre en compte que en qüestions escolàstiques era realment
exemplar, sempre treia les millors notes en tots els àmbits del seu
aprenentatge, en la lectura i càlculs matemàtics es va destacar moltíssim temps
abans d'ingressar en qualsevol institució d'ensenyament de forma nata i
natural. Excepte aquestes excepcions, la nostra petita podia passar per aquest
món, com qualsevol altra nena de la seva edat. I tot hagués quedat així si no
anés perquè un bon dia les mestres del col·legi al que Mix assistia van
organitzar una festa de màscares, on els nens havien de fer la seva pròpia
màscara; per assistir a l'esdeveniment, la seva elaboració havia d'estar basada
en allò que més els agradés, per descomptat la màscara de Mix era la d'un gat.
La meva petita va passar diversos
dies elaborant la seva màscara tancada a la seva habitació i adduint que quan
la tingués acabada volia donar-nos una sorpresa, no permetia que ningú entrés
mentre ella no la tingués a bon resguard.
Va arribar el famós dia de
l'esdeveniment i Mix ens tenia pendents d'un fil, tots a casa esperàvem la seva
aparició i no va defraudar a l'audiència, la seva aparença i la seva màscara
ens va deixar estupefactes. La nostra nena havia canviat de pentinat, ara la
seva testa l'adornava una espècie de diadema coronada amb dues belles orelles
de gat, eren tan perfectes que semblaven formar part del seu cap, tenien fins
al pelatge propi de la seva espècie i semblaven moure's, la màscara tenia la
mateixa manufactura i aquesta contra tot pronòstic no tenia orelles, de tal
forma que en posar-la sobre el seu rostre semblava que Nina tenia sobre el seu
coll un veritable cap d'un gat vivent.
Una de les coses que més ens va
impressionar al meu marit i a mi, era el fet que la màscara no tenia les
clàssiques perforacions en el lloc corresponent als ulls per poder mirar i no
obstant això Mix veia perfectament a través dels ulls de la màscara i fins i
tot semblaven tenir moviment, l'altra i potser la més impactant és que la nena
s'havia posat una espècie de malles que en la seva morfologia i en la seva
punta acabaven en unes perfectes potes de gat i sota el seu vestit apuntava una
preciosa i cabalosa cua. En veure el nostre rostre Mix solament va dir: -Ah,
això?, són simplement accessoris.
Chapter
2
Masquerade
Minin broke into our lives in an
unusual way and noted that arrived in this way because it was a totally
unexpected visit. Her arrival coincided with the incipient emergence of summer,
in a night full of blizzards and rain of leaves tinged with dyes specific to
the upcoming season.
Maybe we would not have
discovered until the next day, if not for the neighbor's cat had taken with us
and every night we prescribe a full-fledged deployment of their ability to emit
howls.
Tired of trying to chase it away,
with a thousand and one ways that everyone believed we had suggested, we had
been more wiser to use the old advice that always worked, that of throwing a
shoe. So after you choose between our repertoire of old sneakers, the least
served us, my husband and I set into action, for which opened the window, which
of course was closed for mitigate the evening cat concert, when we open it, on
the lintel of the same, on the ledge, stood a basket, the kind where
grandmothers saved tangles, with a beautiful sleeping peacefully baby, my
husband and I were surprised both of his presence, and the fact that
perturbation not the horrendous caterwauling his dream now became more audible,
before closing the window again and put it to our room, of course dove into the
shoes to shadowing singer, with such good sense, which ended the role.
We put the little basket on our bed
and saw that the little girl was covered with soft sheets and padded blanket, as
if they had been made with some ermine skins unborn. He slept soundly and one of
her small hands, carrying a small letter, holding it with surprising care because
it had not the slightest wrinkle.
We demand not to wake her gently,
and to open a series of dust like tiny stars seemed to emanate from inside the envelope.
My husband and I read it while writing in that little sheet and if we were stunned
by what happened, our degree of perplexity grew even more. The letter reads:
This girl is special,
I have been sent from afar
as a gift of the Creator,
care for, educate and love.
hers name is Minin, please
respect it.
At the end instead of a signature
stamp in appeared a kind of sealed it seemed the footprint of a small cat. The
creature stole our heart from the first moment, so it goes without saying that
we comply and drove all the way intricate and tedious necessary to achieve
their adoption. Since then Minin has been part of our family and has filled our
lives with joy, emotion and tenderness.
As you can see, we respect the
name in small letter quotes, though at first we were not quite agree with it,
as time went on we realized that we could not have taken more accurate
decision, and then I will show you why.
Our little daughter was always
predilection for everything that make reference or flat belonged to the world
of cats. Their toys were always cats, tigers, panthers, jaguars, leopards,
ocelots and feline animal as they appeared on her way.
Her room and our house were
gradually underwent a metamorphosis throughout your decor and everything had to
do with the world of this species. At first not wanting the same inertia to
provide our baby, we took our home be filling all these accessories and
furniture, because as you can guess the cats in our list of zoological
preferences were probably in last place. But the sages say these correctly, you
can view what less safe in your home will have and how life takes many
rollovers. So, our home is now full and upholstery items, furniture, and
ornaments that did honor to the world of cats.
When Nin was able to issue its first
words in half words, she told me perform an elaborate hairstyle, a sort of bow that
adorned his crown so that seemed made cat ears with your own hair, when she was
old enough, she is thus combing and learned to do it in a way that it was much better
than when I combed her hair redheads.
We knew that our daughter was
special and that their preferences are not matched to any girl in our
neighborhood, but apart from his strange hobby, we considered a normal girl,
that regardless that was truly exemplary scholastic issues, always got the
better in all areas of their learning, reading and math stood a long time
before entering any educational institution in a natural way. Apart from these
exceptions, our little could pass through this world, like any other girl of
her age. And all would have been well if it was not a good day school teachers
who attended Nin organized a masquerade, where children had to make their own
mask, to attend the event, its development should be based on what pleased them
most, of course Nin’s mask was of a cat.
My little child spent several
days preparing her mask in her room and saying that when I had finished she
wanted to surprise us, not allow anyone to enter while she's had for safe
keeping.
Then came the famous day of the
event and Nin had us expectantly, all home expecting his appearance and did not
disappoint the audience, her appearance and her mask stunned us. Our little
girl had changed her hairstyle, now its head the kind of headband adorned with
two beautiful crowned cat ears were so perfect that seemed part of his head,
had until fur for their species and seemed to move, the mask was the same
manufacturing and against all odds it was not ears, so that by putting it on
her face make that Nin had on his neck a true living head of a cat.
One of the things that impressed
my husband and me, was the fact that the mask did not have the classic
perforations at the site corresponding to the eyes to look and yet Nin saw
perfectly through the eyes of the mask and even seemed to be moving the other
and perhaps most shocking is that the girl had become a kind of meshes in
morphology and in its tip ending in a perfect cat legs and under her dress
appeared a beautiful and mighty tail. Seeing our faces Nin just said - Oh,
this?, just accessories.
Yolanda de la Colina Flores
Otoño del 2013
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