domingo, 17 de noviembre de 2013

MININA MI NIÑA FELINA Capítulo 3 (Cuento de otoño)

Capítulo 3

El minuete de los ratones

Para alivio de nosotros, después de un tiempo de celebrarse la mascarada, donde nuestra hija causó por supuesto una gran expectación y alboroto, todo volvió a la normalidad, las orejas desaparecieron de su cabeza y su consabido peinado reapareció. Aunque decir que todo era normal en la vida Nina, es un decir, porque este otoño las cosas cambiaron un poco, o quizás siempre habían sido así y no nos habíamos percatado de ello.

Había olvidado comentarles que Minina había conseguido por fin dejar de tocar el clarinete sin que sus amiguitos desaparecieran y ahora se habían convertido en sus sempiternos compañeros de juegos.

La forma en que esto aconteció, es de las cosas por lo que uno día a día, ratifica la singularidad de Nina. Un buen día, llegó a casa con un pequeño bolso de terciopelo, el cual cuando ella caminaba emitía una serie de sonidos metálicos y cada vez que posaba el bolsito sobre alguna superficie su sonoridad se acrecentaba. Sin mediar media palabra y con un esbozo de sonrisa la llevó a su habitación, se sentó en su mullido sillón predilecto y vació su contenido sobre la alfombra. Afortunadamente para nosotros no cerró la puerta y pudimos contemplar a nuestras anchas todo el  espectáculo.

Desparramados sobre la suave y rosada alfombra, se encontraban un sinfín de dorados y diminutos cascabeles, los cuales fue tomando por separado entre sus manos colocándoles una pequeña cadenita dorada, creando minúsculos collarines, para posarlos de nuevo sobre la misma superficie. Después tomó su clarinete y al tiempo que tocaba uno a uno los cascabelitos se elevaban por los aires acomodándose en una especie de pentagrama invisible, cuando los tenía a todos sobrevolándola perfectamente acomodados, por la ventana fueron entrando pausadamente los ratoncillos y tomaban del invisible pentagrama uno de los cascabeles para luego colocárselo en el cuello, teniendo todos los ratones su cascabel colocado, se dispusieron a armar una ronda, donde de acuerdo a la música cada uno pasaba al centro y hacia una singular danza, cuando la nota que emitía su cascabel así lo indicaba. Minina fue disminuyendo el tono de su clarinete hasta hacerlo desaparecer y cuando dejó de tocar; los ratones permanecían aún en la habitación y cada vez que efectuaban un movimiento se producía lógicamente un sonido, por lo que ahora deambulaban a su antojo, como siempre, por la habitación de mi hija al tiempo que se escuchaba una melodía armoniosa de sus cascabeles.

Nina salió de su habitación con su séquito ratonil tras de ella y guiñándonos un ojo nos dijo: Por una vez está bien que sean ellos los que porten al cuello un cascabel, ¿no les parece?

Ante este panorama, nuestra pequeña podía dedicarse más a enseñar a bailar a los ratoncillos y varias veces les vimos ensayando en un sinfín de lugares, en el jardín, en la cocina, en la sala o en el patio, pero sin lugar a dudas, su salón preferido era el cuarto de lectura, donde sobre una mesa expropiada ex profeso del jardín instalaban su extraño aparatejo y se ponían a ensayar repetidamente. Cada vez que podíamos atisbar sus ensayos lo hacíamos y descubrimos que en poco tiempo los ratones bailaban con verdadera maestría diversos ritmos musicales.

Un buen día recibimos un pequeña misiva la cual estaba posada sobre la mesa del comedor en una bandejita de plata, pero no contenía ningún sello, intrigados nos apresuramos a abrirla y al hacerlo nos trajo gratos recuerdos sobre el arribo de Nina a nuestras vidas porque de esta carta también salió una cascada de pequeñas estrellitas tan diminutas que parecían polvo de oro, dentro del sobre había una pequeña tarjeta cuyo contorno y forma era una perfecta silueta de un gato. Al abrirla leímos el siguiente texto:

Mediante la presente quedáis cordialmente invitados a la presentación de
El Minuete de los Ratones
La cual se llevará a cabo el día de hoy a las 17: 00 hrs., en el salón de lectura
Después del evento degustaremos un delicioso té acompañado de maravillosas pastitas.

Esperamos su asistencia.
Atentamente
Minina & Ratonil Co.

Mi marido y yo no pudimos menos que sonreír y asistir al espectáculo que desde ese momento se presentó ante nuestros ojos ya que Minina y sus amigos se apoderaron por horas de nuestra cocina y les escuchábamos hablar en un extraño lenguaje, después vimos a Nina ir colocando sobre la mesa del comedor sendas charolas de pastitas cuyo olor ya nos presagiaba el delicado sabor que después de la función pudimos comprobar.

Una vez que dejaron todo el catering dispuesto, Nina fue a su habitación y se puso uno de sus mejores vestidos de gala y después se instalaron en el salón de lectura y ahí pudimos ver como todavía practicaban uno que otro paso del minuete al compás de la música, mientras uno de los ratoncitos le daba vueltas a la manivela del extraño fonógrafo.

Cuando llegamos al salón tenían todo a punto, como en una función de teatro, los asientos acomodados en filas, con las sillas intercaladas de tal forma que ninguna de las cabezas tapase a otra. Con satisfacción vimos que nuestra hija había invitado a todos los miembros de la familia ahí estaban los abuelos, mi cuñada y mi hermano, que somos quienes vivimos en este hogar, pero Nina también se había aventurado a invitar a sus tíos y primos y esto nos pareció sumamente importante, porque denotaba que nuestra niña, salía poco a poco de su ensimismamiento, aunque no podemos negar que en el colegio tenía algunas amistades con las que departía e incluso realizaba actividades extra escolares, la mayoría de su tiempo estaba siempre avocado a su mundo felino y sus amigos ratones. Así que este giro en su vida nos alegraba.

Todo fue increíble y después de la función pasamos todos al comedor donde degustamos un fabuloso té con un sinfín de pastitas de diversos sabores, demás está decir que todas tenían forma de gatos en diversas posiciones o actitudes.

El minuete ha sido uno de los espectáculos más hermosos que haya visto en mi vida, no sólo porque haya sido realizado por nuestra propia hija, sino porque el evento era digno de admiración. Mis ojos se humedecen de emoción al recordar a nuestra pequeña tocando el clarinete del cual emanaba la música más excelsa, el ratoncito, dale que dale a la manivela y el  minuete que iba siendo bailado por parejas de ratones que pasaban al centro una a una y en su danza ninguna de ellas repitió jamás el mismo paso.  


Capítol 3

El minuete dels ratolins

Para alleujament de nosaltres, després d'un temps de celebrar-se la festa de màscares, on nostra filla va causar per descomptat una gran expectació i xivarri, tot va tornar a la normalitat, les orelles van desaparèixer del seu cap i el seu pentinat comú va reaparèixer. Encara que dir que tot era normal en la vida Mix, és un dir, perquè aquesta tardor les coses van canviar una mica, o potser sempre havien estat així i no ens havíem adonat d'això.

Havia oblidat comentar-los que Mixeta havia aconseguit per fi deixar de tocar el clarinet sense que els seus amics desapareguessin i ara s'havien convertit en els seus assidus companys de jocs.

La forma en què això va esdevenir, és de les coses pel que un dia a dia, ratifica la singularitat de Mix. Un bon dia, va arribar a casa amb una petita bossa de vellut, el qual quan ella caminava emetia una sèrie de sons metàl·lics i cada vegada que posava la petita bossa sobre alguna superfície la seva sonoritat s'acreixia. Sense intervenir mitja paraula i amb un esbós de somriure la va portar a la seva habitació, es va asseure en la seva embuatat butaca predilecta i va buidar el seu contingut sobre la catifa. Afortunadament per a nosaltres no va tancar la porta i vam poder contemplar a les nostres amples tot l'espectacle.

Dispersos sobre la suau i rosada catifa, es trobaven una infinitat de daurats i diminuts cascavells, els quals va ser prenent per separat entre les seves mans col·locant-los una petita cadeneta daurada, creant minúsculs collets, per posar-los de nou sobre la mateixa superfície. Després va prendre el seu clarinet i al mateix temps que tocava un a un els petits cascavells s'elevaven per l'aire acomodant-se en una espècie de pentagrama invisible, quan els tenia a tots sobrevolant-la perfectament acomodats, per la finestra van ser entrant pausadament els ratolins i prenien de l'invisible pentagrama un dels cascavells per després col·locar-li-ho en el coll, tenint tots els ratolins el seu cascavell col·locat, es van disposar a armar una ronda, on d'acord a la música cadascun passava al centre i cap a una singular dansa, quan la nota que emetia el seu cascavell així ho indicava. Mixeta va ser disminuint el to del seu clarinet fins a fer-ho desaparèixer i quan va deixar de tocar; els ratolins romanien encara a l'habitació i cada vegada que efectuaven un moviment es produïa lògicament un so, per la qual cosa ara passejaven al seu antull, com sempre, per l'habitació de la meva filla al mateix temps que s'escoltava una melodia harmoniosa dels seus cascavells.

Mix va sortir de la seva habitació amb el seu sèquit de ratolins després d'ella i am una picada d'ullet ens va dir: Per una vegada està bé que siguin ells els que portin al coll un cascavell, no els sembla?

Davant aquest panorama, la nostra petita podia dedicar-se més a ensenyar a ballar als ratolins i diverses vegades els vam veure assajant en una infinitat de llocs, en el jardí, en la cuina, a la sala o al pati, però sense cap dubte, el seu saló preferit era la cambra de lectura, on sobre una taula expropiada ex profeso del jardí instal·laven el seu estrany aparell i es posaven a assajar repetidament. Cada vegada que podíem entrellucar els seus assajos ho fèiem i descobrim que en poc temps els ratolins ballaven amb veritable mestratge diversos ritmes musicals.

Un bon dia rebem un petita missiva la qual estava posada sobre la taula del menjador en una safata de plata, però no contenia cap segell, intrigats ens apressem a obrir-la i en fer-ho ens va portar grats records sobre l'arribo de Mix a les nostres vides perquè d'aquesta carta també va sortir una cascada de petites estels tan diminutes que semblaven pols d'or, dins del sobri hi havia una petita targeta el contorn de la qual i forma era una perfecta silueta d'un gat. En obrir-la vam llegir el següent text:

Mitjançant la present quedeu cordialment convidats a la presentació del
Minuete dels Ratolins
La qual es durà a terme el dia d'avui a les 17: 00 hrs. En el saló de lectura.
Després de l'esdeveniment degustarem un deliciós te acompanyat de meravelloses pastes.

Esperem la seva assistència.
Atentament
Mixeta &  Ratolins Co.

El meu marit i jo no vam poder menys que somriure i assistir a l'espectacle que des d'aquest moment es va presentar davant els nostres ulls ja que Mixeta i els seus amics es van apoderar per hores de la nostra cuina i els escoltàvem parlar en un estrany llenguatge, després vam veure a Mix anar col·locant sobre la taula del menjador sengles safates de pastes l'olor dels quals ja ens presagiava el delicat sabor que després de la funció vam poder comprovar.

Una vegada que van deixar tot el catering disposat, Mix es anar a la seva habitació i es va posar un dels seus millors vestits de gala i després es van instal·lar en el saló de lectura i aquí vam poder veure com encara practicaven un que un altre pas del minuete al compàs de la música, mentre un dels ratolins li donava voltes a la manovella de l'estrany fonògraf.

Quan arribem al saló tenien tot a punt, com en una funció de teatre, els seients acomodats en files, amb les cadires intercalades de tal forma que cap dels caps tapés a una altra. Amb satisfacció vam veure que la nostra filla havia convidat a tots els membres de la família aquí estaven els avis, la meva cunyada i el meu germà, que som els qui vivim en aquesta llar, però Mix també s'havia aventurat a convidar als seus oncles i cosins i això ens va semblar summament important, perquè denotava que la nostra nena, sortia a poc a poc de la seva abstracció, encara que no podem negar que en el col·legi tenia algunes amistats amb les quals departia i fins i tot realitzava activitats extra escolars, la majoria del seu temps estava sempre reclamat al seu món felí i els seus amics ratolins. Així que aquest gir en la seva vida ens alegrava.

Tot va ser increïble i després de la funció passem tots al menjador on degustem un fabulós te amb una infinitat de pastes de diversos sabors, altres està dir que totes tenien forma de gats en diverses posicions o actituds.

El minuete ha estat un dels espectacles més bells que hagi vist en la meva vida, no només perquè hagi estat realitzat per la nostra pròpia filla, sinó perquè l'esdeveniment era digne d'admiració. Els meus ulls s'humitegen d'emoció en recordar a la nostra petita tocant el clarinet del com emanava la música més excelsa, el ratolí, dóna-li que dóna-li a la manovella i el minuete que anava sent ballat per parelles de ratolins que passaven al centre una a una i en la seva dansa cap d'elles va repetir mai el mateix pas.  


Chapter 3

The minuete of mice

To the relief of us, after a while held the masquerade, where our daughter of course caused great excitement and bustle, everything returned to normal ears of his head disappeared and reappeared usual hairstyle. Although saying that everything was normal in life Nin, so to speak, because this fall, things changed a little, or perhaps had always been well and had not noticed.

I forgot to tell you that Minin had finally stopped playing the clarinet without his friends disappeared and now had become her playmates everlasting.

The way this happened, it is one of the things that’s confirms the uniqueness of Nin. One day, he came home with a small velvet bag, which when she walked emitted a series of clangs and every time sat the purse on any surface the sound was increasing. Without saying a word and with a faint smile took it to her room, sat down in her favorite overstuffed chair and emptied its contents on the carpet. Fortunately for us not close the door and we saw at our leisure throughout the show.

Scattered on the soft and pink carpet were endless and tiny golden bells, which was taken separately in her hands by placing a small golden chain, creating tiny collars, to put it again on the same surface. Then she took his clarinet and played while one by one the little bells fly into the air settling into a sort of an invisible pentagram when all of them was perfectly accommodated, the little mice came through the window and there were going slowly and taking from the invisible pentagram one jingle bells and then placing it on the neck, when all the bells its rattle mice placed, they set out to build around, where music according to each center and went to a single dance, when the note issued its rattle and as indicated. Minin was lowering the tone of her clarinet out of existence as they stopped playing, the mice were still in the room and every time that they carried out a movement occurred logically sound, so now roamed at will, as always, by my daughter's room while listening to a harmonious melody of their bells.

Nin left her room with her entourage behind her mousy and with a wink of eye said: For once it's okay to they carry a bell around his neck, isn’t it?

Against this background, our little could devote more time to teach dance to the little mice and several times we saw them rehearsing in countless places in the garden, in the kitchen, in the living room or on the patio, but certainly, their favorite place was the reading room, where on a table in the garden expropriated expressly settled their strange machine and repeatedly put to test. Each time we could glimpse the essays we did and discovered that before long the mice danced with true mastery various musical rhythms.

One day we received a small letter which was perched on the dining room table on a silver tray, but contained no seal, intrigued we rush to open and the fond memories it brought about the arrival of Nin into our lives because of this letter also came a small waterfall that seemed so tiny starlets gold dust inside the envelope was a small card whose contour and shape was a perfect silhouette of a cat. Opening it read as follows:

You're under hereby cordially invited to the presentation of
The Minuet of the Mice.
Which will be held today at 17: 00 hrs. In the reading room,
After the event we will taste a delicious tea with wonderful pastries.

Come join us.
Attentively
Minin & Mousy Co.

My husband and I could not help but smile and watch the show from that moment appeared before our eyes as Minin and her friends took over for hours in our kitchen and we heard them speak in a strange language, then saw Nina be placed on the dining table trays of pastries paths whose scent and delicate flavor presaged us that after the show we saw.

Once all the catering provisions left, Nin went to her room and got one of her best ball gowns and then installed in the reading room and that we could see as still practiced the odd minuet over time to the music, while one of the mice swam the odd crank phonograph.

When we arrived the room had everything ready, as in a theater, the seats arranged in rows, interspersed with chairs so that none of the heads  blocks  to another. We note with pleasure that our daughter had invited all members of the family there were grandparents, my sister and my brother, who’s live in this household, but Nin also had ventured to invite their uncles and cousins and this we seemed very important because our girl betrayed, gradually came out of her reverie, although we cannot deny that the school had some friends with whom chatted and even conducting extracurricular activities, most of her  time was always dedicated to hers feline world and mice friends. So this change in her life made us very glad.

Everything was amazing and after the show we all go to the dining room where we tasted a fabulous tea with endless pastries of various flavors, needless to say that all cats were shaped in different positions or attitudes.

The minuet has been one of the most beautiful sights I've ever seen in my life, not just because it was done by our own daughter, but because the event was worthy of admiration. My eyes are wet with excitement, remembering our little playing clarinet which emanated most sublime music, the mouse, give it turn the crank and the minuet that was being danced in pairs of mice that moved to the middle one to one and in their dance none of them ever repeated the same step.

Yolanda de la Colina Flores
Otoño del 2013


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