lunes, 26 de agosto de 2013

LA PEQUEÑA ELFA SEDIENTA Capítulo 7 (Cuento de verano)


 
Capítulo 7
Bebiendo el sabor preciado

Rött hår miró al anciano gnomo y le inquirió: -¿y ahora que hacemos?-, el sonrió y empezó a sacar de un gran saco una serie de ramitas suaves y huecas de pirul, parecían cerbatanas con las que a veces todos jugaban a aventarse cáscaras de cualquier fruta soplando a través de ellas, pero en este caso eran popotes para poder succionar el preciado líquido de la fruta, según lo que les indicaba el gnomo, cada quien tomó una y con alegría vieron que cambiaban de color y en cuanto la posaban sobre la suave piel éstos se hundían sin rasgarla y al momento que la retiraban los agujeros se volvían a cerrar de tal manera que la ciruela volvía a recuperar su aspecto original. ¡No podían creerlo!, por más que succionaban y succionaban el preciado líquido que dicho sea de paso era el más delicioso que hubieran bebido en su vida, cuando retiraban los popotes, la fruta volvía nuevamente a recuperar su forma como si nunca hubiesen bebido de ella.

Todos bebieron hasta saciarse, menos los sapitos que parecían no tener fondo, incluso sacaron de un bolsillo imperceptible de su piel un pequeño delantal verde para no manchase de tanto que bebían, sus ojillos resplandecían de emoción lo que ahí bebían era para ellos el más preciado elixir. 

El petirrojo y la ardilla roja que andaban por ahí y se enteraron de todo el barullo, les miraban sorprendidos y lamentaban ahora el no haber aceptado la invitación, Rött hår les miró y al observar sus caritas tristes preguntó a sus compañeros de travesía si podía convidarles, estos asintieron y les dieron dos popotes para que pudieran disfrutar del delicioso zumo.

Rött hår recordó que todo había empezado por su crónica sed y de repente se daba cuenta que durante todo el trayecto de su increíble aventura no había necesitado beber ni una sola gota de nada, estaba sorprendida, pensaba y repensaba y al final solo lo quedó encogerse de hombros. El gnomo que le miraba le dijo: ¿te has percatado que en tu viaje te has olvidado de tus problemas para pensar en los demás?- Rött hår asintió –y el gnomo continuó porque ahora tenía la atención de todos los compañeros de viaje, -todos han hecho lo mismo, la lagartija se olvidó de su timidez, los sapitos de su querer estar siempre armando grandes espectáculos y de solo pensar en sí mismos, Teotl dejó su hogar para acompañarles y al final han sabido perdonar a quienes no tuvieron ningún interés en vuestra empresa. Creo que todos han encontrado lo que les sacia en la vida y partir de aquí sus vidas cambiarán-. Todos daban vivas de alegría y se abrazaban porque ahora habían descubierto el gran tesoro de la amistad y de la renuncia de sus propios interese para ayudar a otros.

Teotl y Rött hår se sentaron sobre un tronco sonriendo y contando cosas de sus vidas que antes desconocían, de pronto la pequeña elfa se aventuró a preguntar algo que la tenía intrigada: -Escucha Teotl, ¿de dónde viene tu nombre y que significa?- el niño duende le respondió –Mi nombre significa energía en náhuatl- Rött hår se quedó pensativa y nuevamente le increpó -¿y no estás muy pálido para ser mexicano?- él sonriendo le contestó –de ninguna manera querida niña, habemos mexicanos de muchos colores y a propósito ¿tu nombre Rött hår, que significa?-, ella tímidamente le respondió- Rött hår quiere decir cabello rojo en sueco, un nombre muy común como podrás darte cuenta, pero tu nombre si que es raro- el  chico le contesto: -¿raro?, pues anda que el tuyo…..- y ambos estallaron en sonoras carcajadas, a Rött hår no le quedó otro remedio, como siempre, que encogerse de hombros.

Yolanda de la Colina Flores
Verano del 2013

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viernes, 23 de agosto de 2013

LA PEQUEÑA ELFA SEDIENTA Capítulo 6 (Cuento de verano)


 

 

 

Capítulo 6

El dosel

No tuvieron que caminar ni un ápice, ahí levantando la vista estaba ante sus ojos la más hermosa unión de copas de diferentes coníferas adornando el cielo, jugando con sus ramas con los rayos del sol y protegiendo a todos los seres del bosque, era una magnífica preciosa y libre formación  de pinos, abetos, alerces, cipreses y abedules.

Pero contra lo que todos pensaban las enormes coníferas se abrieron formando un camino como un largo corredor, como si se tratase de una formación de soldados o vasallos que cedían el paso a alguien muy importante, los primeros eran los Pinus, que con sus copas piramidales terminados por dos o cinco hojas lineares con su clásica protuberancia en la punta con forma de ombligo, parecían cuadrarse ante ellos.  Les precedían bellos Abies, de hojas en forma de aguja, después los Fitzroya de hojas blandas aciculares agrupadas en apretados ramilletes, venían ahora los Cupressus con su porte piramidal y troncos erectos, para finalizar con los danzantes Betula de hojas simples y serradas, romboidales de ramas flexibles que estaban enfrascados en una hermosa danza, su corteza blanquecina destacaba de todo el fondo del bosque y daban paso a un claro donde ahí hermoso y colorido estaba lo que estaban buscando la gran Prunus domestica Syriaca, para Rött hår simple y sencillamente la bellísima y supuestamente jugosa ciruela Mirabele de Nancy.

Todas las criaturas botánicas dejaron que los amigos desprendieran un fruto del precioso árbol, incluso les permitieron escogerla y les ayudaron dándoles ramitas de las que se encontraban por los suelos para que fabricaran una pequeña carretilla donde transportar su tesoro, una vez tenían todo dispuesto, las coníferas los subieron en sus brazos y se los fueron pasando unos a otros hasta que los sacaron completamente del bosque, ahora ya solo debían atravesar el río, esto tampoco fue un problema porque la lagartija y Rött hår lo hicieron de la misma forma que la vez anterior y Teotl no tuvo ningún problema en atravesar porque era un excelente nadador y además la carretilla y el fruto que portaba flotaban maravillosamente sobre el agua.

Cuando llegaron al otro lado del río les esperaba el pequeño gnomo ancianito y sonriendo complacido les comunicó que ya tenía listo lo que les había prometido por lo que sería bueno dirigirse a un claro del bosque donde degustarían el preciado fruto, caminaron un largo rato hasta encontrar el lugar que les pareció adecuado y con cuidado depositaron la enorme ciruela, la observaban fascinados y aunque el propósito era obviamente sacarle toda su pulpa y zumo, no acertaban por donde empezar. Acariciaron su suave piel y la olfateaban como perritos sabuesos haciendo toda clase de exhalaciones, estaban impregnados de su olor y ninguno se atrevía a hincarle el diente.

Yolanda de la Colina Flores
Verano del 2013

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miércoles, 21 de agosto de 2013

LA PEQUEÑA ELFA SEDIENTA Capítulo 5 (Cuento de verano)


 

 

 

Capítulo 5

El sotobosque

El primero de esta especie de flora que encontraron en su camino fue un pequeño arbusto de hojas pequeñas, con un espigado central morado y con unos tallos ligeramente vellosos, con unas bayas de color rojo pálido, de las que Rött hår recordaba su sabor refrescante de carácter marcadamente ácido.  Al reconocerle la pequeña elfa le dijo: -Buen día señor arándano buscamos al árbol de Prunus custodiado por ustedes, para ver si quiere regalarnos uno de sus frutos. Para llegar a él necesitamos que nos abras camino. -

El Vaccinium oxycoccus le miró de arriba abajo y como se creía que él tenía las bayas con el tono más hermoso de rojo que se hubiese visto jamás, al mirar los hermosos y largos cabellos de Rött hår sintió que tal vez estaba en un error y esto le dio un poco de recelo así que le dijo: -No, no, no, no puedo, no encuentro en lo que me dices una razón poderosa para dejarles pasar, mejor regresan por donde vinieron- la lagartija sacó entonces su larga y delicada lengua y empezó a hacerle cosquillas por todos lados, el arándano sin remedio empezó a reír y a mover sus ramas por todos lados hasta que se formó un hueco entre ellas por el que todos fueron pasando como su ser le indicaba, los acróbatas con saltos de remolino estilizados, Rött hår con un ligero brinquito y la lagartija con una carrerilla sin dejar de hacerle cosquillas hasta que hubo traspasado el arbusto. Cuando pasaron todos éste nuevamente se cerró.

Siguieron avanzando y sobre el suelo algo les empezó a cubrir los pies de tal forma que no podían moverse, era una especie de alfombra de pequeñas formas rizoides sin hojas ni tallos, todos intentaban sin éxito zafarse de ella. Los sapitos le conocían debido a sus andanzas por las partes húmedas de su bosque, de inmediato al mismo tiempo le dijeron: -Rápido, tenemos que acariciar a este musgo por arriba con los dedos de la mano y por abajo con los dedos de los pies, como nosotros tenemos las patas más grandes lo haremos en forma más rápida- Y como por arte de magia el Bryophyta sensu stricto que tenía las sensaciones a flor de piel empezó a dejar libres los pies de sus prisioneros para que éstos pudieran acariciarle con sus dedos al tiempo que se regocijaba con las caricias, el grupo de amigos iba quedando en libertad y corría para salir fuera de su alcance, los últimos en llegar fueron los sapitos porque el musguito no quería soltar un dedo de uno de ellos. 

Siguieron avanzando y su entorno era cada vez más oscuro, estaba plagado de niebla y sombras, por entre las copas de los árboles se percibía de cuando en cuando alguno que otro rayo solar, de pronto Rött hår sintió que algo como una saeta de repente venía y se incrustaba en uno de sus brazos, como una especie de pegatina, al ir a revisarla ya tenía otra en una pierna y lo mismo estaba pasando con todos sus compañeros, trataban de despegarlas de muchas formas pero esto era imposible, poco a poco fueron cubriendo casi por completo a la lagartija, los sapitos y Teotl se defendían mejor debido a sus acrobacias, de pronto una de estas criaturas apareció con una velocidad vertiginosa y se plantó en una mejilla de Rött hår, ella gritó desesperada, y su grito fue como un acicate para la rápida resolución de Teotl, así que de inmediato ordenó: ¡De prisa busquemos un rayo de sol, son líquenes y les encantan las sombras, la luz solar los deblita!, todos más pronto que rápido ya estaban bajo los rayos de sol que se filtraban por entre el ramaje. Los Xantoria parietina se fueron despegando de su piel como viejas y gastadas estampillas y al caer salían corriendo despavoridos hacia las sombras.

Teotl le indicaba ahora por donde era el camino, la lagartija un poco nerviosa le preguntaba-¿tú crees que ya hemos terminado con el sotobosque, eh?- el chico le respondió: -Creo que no, sé de buena fuente que todavía nos falta una región de cornejos, helechos y acebos que hay que atravesar-, pero éstos que ya habían escuchado acerca de ellos decidieron no enfrentarles, así que el Cornus abrió sus racimos de flores blancas y amarillas cediéndoles el paso, los Pteridophyta que ya conocían a la elfa por lo que sus primos del otro bosque les habían contado, les dejaron pasar sin ponerles ninguna resistencia.

El Iles aquilorum que estaba encantado con el cabello de la pequeña elfa y que tenía un corazón por siempre alegre pues era representativo de la navidad, desplegó sus hojas de color verde brillante por el haz y verde amarillento y mate por el envés para que la comitiva pudiera pasar, y ya de paso les regaló unos ramitos con hermosos frutos rojos a la lagartija y a Rött hår.

-¡Perfecto!- dijo Teotl, -es hora de visitar a los habitantes que forman el dosel de bosque y estos seres son muy importantes porque son sus copas las que se juntan unas con otras para conformar el techo de los bosques-.

Yolanda de la Colina Flores
Verano del 2013

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lunes, 19 de agosto de 2013

LA PEQUEÑA ELFA SEDIENTA Capítulo 4 (Cuento de verano)


 

 

Capítulo 4

Bajo el pino azul

Recordaron que el gnomo ancianito les dijo que buscaran un pino azul de para encontrar a su último compañero de viaje, así que se adentraron en el bosque y aún no habían avanzado mucho cuando en el claro de un bosque por donde se filtraban hermosos rayos de sol encontraron un hermoso pino azul del cual colgaban muchas piñas y de una de ellas pendía a su vez un pequeño ser de forma aparentemente humana pero del tamaño de una piña de pino, además al igual que Rött hår, tenía las orejas puntiagudas. La mitad de la piña que le sostenía aún del árbol parecía a simple vista un bello sombrero, pero era parte de su ser, para ser más exactos formaba parte de su cabeza, sus vestimentas eran del color del pino y de su cuello pendía alguna que otra ramita de pino azul.

En cuanto ellos aparecieron por arte de magia el pequeño ser abrió los ojos, se escuchó un pequeño crac y su cuerpo se desprendió de la rama que hasta ahora le mantenía sujeto, dio una especie de piruetas como si fuese un experimentado acróbata circense y posado sobre una de sus rodillas y con los brazos extendidos, se presentó ante la nada homogénea concurrencia. -¡Hola! soy Teotl un duendecillo nacido de las semillas de un gran gimnosperma llamado Pinus maximartinezii y vengo a mostrarles el camino hacia el  árbol de la gran Prunus domestica Syriaca más conocida como Mirabele de Nancy, el camino  no es  fácil porque resulta que este árbol es único, dentro de su especie es la que da los frutos más dulces y está resguardado por número incontable de coníferas, a las cuales debemos convencer de que nos abran paso.

Si ya todos tenían de por si la boca abierta ante sus fantásticas acrobacias, que por cierto los sapitos en su mente ya estaban pensando como reproducir, ahora la tenían aún más abierta y tardaron en cerrarla un tiempo, la primera fue Rött hår, la cual con voz entrecortada le preguntó, -Pero, ¿cómo nosotros siendo tan pequeños vamos a poder convencer a tan enormes criaturas? Teotl le respondió, - Por eso no debéis preocuparos cuando llegue el momento su propio instinto les indicará que hacer; primero trataremos de convencer al  sotobosque que como  seguro ya sabéis es esa vegetación formada por herbáceas y arbustos que crecen bajo los árboles.

Yolanda de la Colina Flores
Verano del 2013

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sábado, 17 de agosto de 2013

ATANDO CABOS (De un efecto mariposa)



Hacemos un paréntesis al cuento de verano 
para felicitar a mi maravilloso y amado esposo Toni por su cumpleaños.

Me tenías resguardada
cubierta como un bebé,
dulces besos yo libaba,
papillas de amor y miel.

Solo era una mariposa
que se engordaba de amor,
que día a día se inflaba
y se iba llenando de amor.

Con tus querencias y mimos
crecía mi redondez,
mis alas desfallecían
ganaba la gravidez.

Más yo no caí en tu taza
por gordita o por glotona,
atando cabos te digo:
fue un efecto mariposa.

Ve enlazando bien los hechos
con todo lo que te diga,
y verás como las fichas
en sincronía irán cayendo.

No es que sea una glotona,
ni por ello estoy redonda,
fue un efecto dominó
y esto fue lo que causó:

Si no hubiera sido
por la tarta de la yaya,
yo jamás habría emergido
de mi cómoda crisálida.

No habría salido volando
e ir mis alas perdiendo,
ni por ello ir tropezando
entre las hojas de un árbol.

Nunca me hubiera encontrado,
en mi camino una rama
y ésta no me habría mandado,
a  dormir hasta una hamaca.

No habría tomada prestada
la hamaca de los mosquitos
y no me habrían perseguido,
por todo el jardín florido.

Jamás me hubiera encontrado,
un tenue rayo de sol,
por ahí no habría llegado
a tu mirada pasión.

Y no me hubiera mecido
en el tul de tus pestañas,
mucho menos resbalado
en tus labios de sonrisa.

Pero en ti me fui cayendo
sin poderlo remediar,
y así vine a terminar,
en tu ardiente desayuno.

Después de haber comprobado
que no estaba tan caliente,
mi pijama deseché
y dentro de él me lancé.

Y ahora soy tu desayuno,
tu miguita en el café,
por siempre me has de comer
y jamás tendrás ayuno.
Yolanda de la Colina Flores
17 de agosto del 2013






viernes, 16 de agosto de 2013

LA PEQUEÑA ELFA SEDIENTA Capítulo 3 (Cuento de verano)

 

 

Capítulo 3

Entre brincos y cabriolas

La lagartija iba distraída contando las anécdotas de su aguerrida madre cuando de repente algo le pasó volando casi al ras de la cabeza, a Rött hår le pasó algo similar, solo que lo que fuere no lo hizo en forma perpendicular como le pasó a la lagartija, sino que vino de frente, no alcanzó a percibir bien su figura porque iba poniendo atención a lo que su nueva amiga le contaba y su mirada estaba puesta en ella. La segunda vez que los acróbatas pasaron sobre ellas esta vez si alcanzaron a visualizar perfectamente sus figuras, dos maravillosos sapitos moteados ibéricos les revoloteaban por todos los flancos dando los más increíbles saltos y acrobacias que ellas jamás hubieran visto, estuvieron varias minutos maravilladas contemplando el espectáculo, hasta que el par de Discoglossus galganoi en un  quíntuple salto mortal cayeron de pie frente a ellas diciendo ambos a la vez: -¿A dónde vais majas?, ¿por qué tan solitas?, ¿necesitan compañía?, ¿queréis que os acompañemos?, ¿cómo os llamáis?, ¿cuántos años tenéis?, ¿sois solteras o casadas?, ¿cuáles son vuestras medidas?, ¿dónde vivís?, ¿tenéis novio?, ¿no os parecemos guapos?…. –

Hasta que no aguantó más Rött hår y desesperada gritó: - ¡Parad, parad que vais a volvernos locas!!!!, quedaos quietos y escuchad. Los sapitos se sentaron junto a ellas moviendo nerviosos los pies y los dedos de sus manitas entrelazadas, con sus dos  pares de oscuros y vivaces ojitos bajo sus párpados rasgados y con una simpática sonrisa escucharon todo lo que la pequeña elfa quería compartirles. Cuando Rött hår terminó su explicación, ellos nuevamente se pusieron a brincar de gusto y dijeron siempre al unísono que por supuesto les acompañarían, y que creían que podían ser de gran ayuda para cruzar el río, además ya estaban cansados de comer siempre larvas de mosquito, pulgas de agua, lombrices, grillos o polillas, que ellos eran unos grandes gourmets y les gustaría probar otras cosas y esa fruta que les describía se les antojaba fenomenal. Durante el camino en la búsqueda de más voluntarios ahora los sapitos iban brincoteando y la lagartija parlando, así que a Rött hår no le quedó más remedio que volver a encogerse de hombros.

Por el sendero se topó ante ellos un gnomo muy ancianito el cual iba agachadito, caminando con pequeños pasitos, apoyado en un bastoncito. Cuando vio la rara comitiva que le salía al encuentro no pudo menos que sonreír y antes de que cualquiera empezara a hablar él les comunicó: -No digáis ni una palabra sé perfectamente quiénes sois y adonde vais, he salido a su encuentro y vengo a deciros tres cosas muy importantes; la primera que debéis retornar e ir al encuentro del bosque del otro lado del río, la segunda es que ya solamente les falta un acompañante y este les encontrará dentro de aquel bosque, para encontrarle deberéis buscar un pino azul y la tercera y no por ello menos importante es que yo no podré acompañarles porque soy muy viejito y ya no tengo las fuerzas suficientes para ello, pero a su regreso les entregaré algo con lo que vais a poder degustar esa fruta tan preciada. Ahora iros que ya empieza a llegar el sol a su  cenit y os podéis escalfar .-

Sin pensarlo ni un momento el grupo de aventureros dio media vuelta y se dirigió hacia el río, Rött hår por supuesto no podía hacerlo sin antes no haberse encogido de hombros. Al llegar a la ribera, la lagartija y la pequeña elfa miraron con horror el caudal del gran río y pensaron que muy posiblemente no podrían cruzarlo, pero los sapitos las sacaron de su error y les pidieron que montaran sobre su lomo, éstas con precaución lo hicieron y bien afianzadas se introdujeron con ellos al mar, éstos que eran grandes nadadores y campeones en nado sincronizado, no desperdiciaron la oportunidad de lucirse y las llevaron a lomos haciendo una infinidad de cabriolas y saltos con los cuales emergían y se zambullían al agua una incontable infinidad de veces. Cuando llegaron a la otra orilla la pequeña elfa y la lagartija estaban empapadas, la lagartija no decía ni palabra estaba estupefacta y a Rött hår como siempre no le quedó otra opción que encogerse de hombros.

Yolanda de la Colina Flores
Verano del 2013

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miércoles, 14 de agosto de 2013

LA PEQUEÑA ELFA SEDIENTA Capítulo 2 (Cuento de verano)


 

 

Capítulo 2

Buscando compañeros de viaje

El primero que se encontró por el camino fue un petirrojo a quien por supuesto invitó  y le pidió su ayuda contándole todo lo que se le había revelado en el sueño, el turdus migratorius con aire displicente le dijo: -A mi solo me agrada comer larvas, sobre todo las de escarabajo y oruga y para saciar mi sed me sobra y basta con las bayas y frutas que hay en este bosque, definitivamente no puedo acompañarte y mucho menos ayudarte, bastante tengo con organizar nuestra próxima migración, confórmate con haberme visto pues soy el primer petirrojo de la primavera y eso te dará suerte-.

Rött hår, se encogió de hombros y siguió caminando y a su encuentro sin planearlo se le atravesó una ardilla roja con la que también compartió su anhelo y a la que también pidió ayuda, la Sciurus vulgaris, le respondió: -¡Anda, déjate de mandangas y no me molestes yo tengo suficiente con lo que me prodiga el bosque, los insectos huevos y aves que me puedo zampar ya me vienen bien, con los frutos que hay en este bosque estoy sobrada, y con las semillas y frutos que almaceno, no necesito de andar por ahí de pata bandola corriendo peligros!, así que ¡ala!, ¡que voy de prisa a recoger bellotas!

Rött hår volvió a encogerse de hombros y prosiguió su camino, y ahora le salió al paso un tímida lagartija, ésta temía a cuanto ser se encontraba ya que sin saber porqué aquellos con los que se topaba siempre salían corriendo y alguna que otra fémina lo hacía además dejando a su paso una estela de chillidos. Pero éste no fue el caso de la pequeña elfa, ésta por el contrario le sonrió y se acercó aún más a ella, al igual que como hizo con el petirrojo y la ardilla roja le contó su idea y solicitó su ayuda, la cohibida Liolaemus lemniscatus le respondió, -no sé si pueda servirte de ayuda, pero lo que yo pueda hacer por ti lo haré, se me ocurre que se de pronto estás desfallecida de tanto caminar, porque no estás acostumbrada como yo, entonces podrás trepar a mi lomo y yo te llevaré sobre él mientras descansas, además ya estoy un poco aburrida de comer tantas avispas, abejas y escarabajos de los cuales algunos no tienen un sabor muy apetitoso, así que desde luego me gustaría probar ese fruto, que por lo cuentas debes ser delicioso.- Rött hår pensó para sus adentros que la lagartija era muy pequeña y que si se montaba sobre ella, sus pies arrastrarían, pero no dijo nada, silenciosa agradeció y aceptó su ofrecimiento con una sonrisa  y así, muy contentas se fueron platicando a buscar más voluntarios para el viaje; bueno, eso de platicar es un decir, porque la que no paraba de hablar era la lagartija, tenía tantas ideas que expresar que nunca había podido sacar a flote y ahora que se le presentaba la oportunidad no la iba a desaprovechar. Rött hår se encogió de hombros y se dispuso a escucharla por todo el camino.

Yolanda de la Colina Flores
Verano del 2013

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lunes, 12 de agosto de 2013

LA PEQUEÑA ELFA SEDIENTA Capítulo 1 (Cuento de verano)

 


Capítulo 1

No hay bebida que alcance

La pequeña Rött hår estaba harta de buscar por los bosques algo que calmara su sed, por más agua de manantial que bebiera, no había manera de satisfacerla, siempre cargando una pequeña cantimplora se paseaba por todo el bosque, cuando esta se vaciaba la llenaba de nuevo con diversos contenidos, con agua de cascadas, ríos lagos y lagunas y a veces cuando se levantaba muy temprano podía llenarla  con algunas de las primeras gotas de rocío. En verano le encantaba llenarla de lluvia dulce y fresca, siempre lo hacía poniéndola al final de la punta de una hoja en declive por el  cual la lluvia se iba deslizando hasta llenar su pequeño recipiente.

Había probado todas las pequeñas frutillas que había encontrado por todo su hábitat,  pero por más que succionase su zumo con toda la fruición de la que era capaz nunca era suficiente para la pequeña Rött hår.

Un día buscando que beber se quedó dormida sobre una de las hojas de un hermoso helecho y éste la mecía arrullándola vigilando su sueños, y le cantaba una que otra canción de cuna, con una preciosa voz de barítono. Al helecho también le venció el sueño y ambos sin remedio cayeron en un profundo letargo, hasta que llegó la noche, la cual quedó enternecida al contemplar a Rött hår de la cual ya le había contado el día cuando se despedía para ir a dormir.

Ahí entre sus sueños la noche le confesó a Rött hår que pasando el ancho río existía otro bosque donde toda la flora era enorme y donde seguramente encontraría algún fruto que mitigara su sed y en una serie de imágenes casi vívidas le mostró un enorme árbol del cual pendían unos frutos redondos con una mixtura de colores naranja y bermellón, con una piel fina y lustrosa a través de la cual se percibía un delicioso y abundante zumo. En las imágenes la noche también le enseñaba el camino para llegar a él y este no se apreciaba nada fácil.

Al despertar Rött hår dio las gracias al helecho por su hospitalidad, pero este ni se enteró porque aún estaba dormido, y después se lanzó a buscar el árbol de sus sueños, pero a medida que avanzaba, más se percataba de que difícilmente ella sola podría bajar los frutos de aquellas altas ramas. Entonces decidió regresar sobre sus pasos e invitar a sus vecinos y conocidos del bosques para que le acompañaran en su periplo.

Yolanda de la Colina Flores
Verano del 2013

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sábado, 10 de agosto de 2013

SE ENAMORÓ COMO SIEMPRE

 


Se enamoró como siempre
se enamoran las mujeres,
que aunque sean inteligentes
el amor las vuelve idiotas.

Se enamoró como tonta
no por creer en consejas,
ni porque besos y rosas
le descompongan la testa.

Porque siendo inteligente
la cuestión analizó,
con cálculos y estrategias
llegó a una conclusión:

"Si el estar enamorada
me provoca este estadío,
prefiero estar atontada
que vivir en el hastío."

"Si yo tengo que escoger
entre sapiencia y locura
me decanto con holgura
por preferir la idiotez."

"Aceptando la premisa
de que amar te vuelve idiota,
me reconforta el saber
que el que me ama también lo es."

"Y si ser un par de lelos
nos transporta hasta la gloria,
me agrada más la tontera
que ver el amor de lejos."

"Sopesando en la balanza,
a mi sí que me compensa
y prefiero estar idiota
a no estar enamorada."

Yolanda de la Colina Flores
11 de marzo del 2013


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domingo, 4 de agosto de 2013

COMPARTIENDO MARIPOSAS


Estaba repleta de amor
plena de enamoramiento,
desbordante de pasión
y repleta de emoción.

Cada vez que lo veía,
algo dentro le nacía,
alitas de adoración
que su estómago invadían.

Le crecían mariposas
que sus alas removían,
con mil formas y colores
y cosquilleos le hacían.

Estaba llena de Monarcas
también de mil alevillas
y eran tantas las cosquillas
que ella reía y reía.

Las mariposas bullían
y mil caricias sentía,
y con tanta algarabía
de la risa se moría

Hasta que al fin decidió
compartirlas con el mundo,
su abdomen pleno ella abrió
y a los aires las mandó.

No importa que se vacíe
al permitirles volar,
pues con mirarlo de nuevo
ella se vuelve a llenar.

Yolanda de la Colina Flores
5 de mayo del 2013

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sábado, 3 de agosto de 2013

ATRÁPAME EN TUS SUEÑOS

 


Atrápame en tus sueños
y deja que habite en ellos,
que se tornen mi hábitat,
y pueda yo ahí anidar.

Atrápame con las redes
de tus más caros anhelos,
y envuélveme con los velos
donde duermen tus ensueños.

Entrelázame en tus sueños
permite que vague en ellos,
que aleje tus pesadillas
y los tristes pensamientos.

Atrápame con tus sueños
que no sueles dormitar,
confíame esos secretos
con los que sueñas despierto.

Comparte conmigo el sueño
que te crea los desvelos,
hazme cómplice y partícipe
y también será mi sueño.

En los sueños compartidos
siempre hay reciprocidad,
tú atrápame con tus sueños
que yo te atrapo en los míos.

Y así atrapada en tus sueños
y tú atrapado en los míos,
enlacemos nuestros sueños
y hagamos un solo sueño.

Yolanda de la Colina Flores
11 de marzo del 2013


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