martes, 21 de septiembre de 2010

LA HISTORIA DE LUCINDA Y GREÑITAS


















CAPITULO I “El encuentro”

Hace algún tiempecillo ya, vivía un hermoso niño en una casa ubicada en un lugar angelical, decimos que era angelical, no solamente porque estaba enclavada en un país que parecía un paraíso, sino porque además los seres que en ella habitaban eran unos verdaderos ángeles.

Este pequeñín, casi siempre era un angelito, sobre todo, cuando ninguna travesura atravesaba por su mente. Tenía toda la apariencia de un pequeño Lord, su caminar era firme y sus modales indicaban siempre caballerosidad y respeto hacia los demás, atendía en todo su que hacer infantil estrictas normas de educación y comportamiento.

Le encantaban varias cosas, pero una de las que más disfrutaba era tumbarse sobre el césped del maravilloso jardín de su casa, donde habitaban una infinidad de seres de la flora y fauna afines a dicho entorno.

Se encontraba sumido en un pequeño affaire con una Catarina que había acertado atrapar sobre la superficie de un majestuoso hongo, absorto en el estudio de sus pequeñas alas moteadas, no se percató de que a su edén particular había entrado un pequeño intruso.

Este personaje era un pequeño conejo con un aspecto singular. Debido a que adoraba a su dueña, una diminuta niñita , un día, convencido de que podía entrar y disfrutar del baño en tina, al igual que ella, no vaciló en lanzarse al agua de burbujas con las que Loli jugueteaba.

Además del desagradable sabor que en su boca dejó tan imprudente acción, le provocó una serie de escalofríos y estornudos que lo hicieron precipitarse fuera de la tina más rápidamente que el guiño de un ojo.

Como no hubo manera de enjuagarle la solución jabonosa de burbujas, ya que no deseaba repetir la experiencia del agua en la tina, ésta se secó sobre su pelaje, dándole una apariencia de conejo “punk”. Al mirarse al espejo el cambio de look le fascinó y le pidió a Loli cambiase su nombre actual de “pelusa” a otro más adhoc a su nueva apariencia que el mismo escogió, dicho nombre era “Greñitas”.

Toni, a cuyo nombre responde nuestro pequeño protagonista, después de haber analizado a su entera satisfacción a la catarinita y de con un pequeño soplo la remontara otra vez en vuelo, escuchó el ruidito peculiar que hacemos al caminar entre el césped. Primero pensó que era su adorada mascota Lucinda, pero al verla a lo lejos posada sobre el césped en un ronroneo delicioso, que sólo lo proporciona el disfrute de un rayo de sol del medio día sobre el rostro y que indudablemente únicamente entienden los gatos, comprendió de inmediato que alguien inesperado estaba a sólo unos cuantos pasos de él.

De inmediato todos sus sentidos se agudizaron y pasó de un estado de expectación a un estado de alerta en menos de un segundo .

De repente, entre el césped vió emerger a una extraña criatura, cuyo colorido fue lo que más llamó su atención, aunque Greñitas originalmente era blanco, la solución del baño de burbujas al secarse había dejado una coloración azul celeste sobre su pelaje.

¿Quién y qué eres?- Le preguntó Toni

El pequeño conejo sólo acertó a mover instintivamente su nariz olfateando a su inquisidor.

- OK, no deseas revelar tu identidad, temo decirte que entonces no podrás dar un sólo paso más.-

Nuevamente el conejo siguió su olfateo abriendo aún más sus pequeños ojos.

-Bue…, seguramente no sabes o no puedes hablar, porque muy posiblemente vienes de otra galaxia o planeta ya que en mi Atlas animal no he encontrado a nadie de tu especie.-

Y diciendo esto, lo tomó entre sus brazos, al acercarlo a él percibió el delicioso aroma que el baño de burbujas había dejado sobre Greñitas.

Lo que si puedo decir es que tienes un aroma muy peculiar y que realmente me agrada. Te llevaré a mi laboratorio para hacer un minucioso examen que determine si puedes o no permanecer en mi casa.

No bien había empezado a dirigirse al interior de ésta, cuando vio que desde la entrada a su jardín una pequeña niña le hacía señas. Y cuando decimos pequeña realmente lo era, parecía una pequeña bailarina de ballet de grácil figura y su caminar era tan especial que apenas parecía rozar el piso, sobre su cabeza llevaba una coronita de flores lo cual le daba una regia apariencia a su hermosa y oscura cabellera.

En cuanto ella se dio cuenta de que él la había visto, de inmediato se aproximó hacia él, tomó a Greñitas entre sus brazos y le dio a él un sonoro beso en la mejilla.

-Mhuaaa!!! Gracias por haber encontrado a mi conejo, llevo un buen rato buscándolo por toda esta calle y no acertaba a saber a donde se había dirigido, pero en cuanto vi tu maravilloso jardín, comprendí que no podría haber ido a otro lugar.-

Toni de inmediato percibió que la niñita despedía el mismo aroma que Greñitas y empezó a intuir lo que le había pasado al pequeño conejo. Aún así le interesaba corroborar sus sospechas y saber más acerca de esa pequeña niña que por primera vez veía.

-Puedo intuir que este bicho es tuyo porque los dos parecen usar el mismo perfume, pero ¿podrías explicarme porqué tu mascota tiene este aspecto tan especial?-

Ella se acercó y con su dulce voz muy quedito al oído le contó la aventura que había llevado al conejo a adquirir tan singular apariencia. Toni no pudo menos que esbozar una sonrisa y le cayó aún mejor el conejo. Le llamó la atención que Loli le contara los hechos en forma tan reservada, pero no se quejó debido a que eso le permitía disfrutar más cercanamente del aroma que las sales de burbujas habían dejado en ella, además no sabía porque, sentía algo especial al tenerla tan cerca.

-¿No me invitas a conocer tu jardín?- Preguntó la pequeñita.

-Solamente si me dices como te llamas y porque me contaste en secreto lo que le aconteció a tu conejo.-

-Ah! Es que no quería avergonzar a Greñitas delante de ti. Mi nombre es muy largo pero tú puedes decirme Loli.-

-Ya me dirás tu nombre completo aunque el diminutivo te queda a la perfección, en cuanto a tu mascota no puedo imaginar que otro nombre podría compaginar con él. Se ve que a pesar de su aspecto tu pareces apreciarlo mucho.-

-Así es y aunque no es suavecito como antes, nos divertimos mucho, hemos pasado aventuras y momentos inolvidables además la belleza de Greñitas es infinitamente superior por dentro que por fuera. ¿Tú no tienes una mascota que quieras como yo quiero a Greñitas?-

-Sí, se llama Lucinda y desde aquí la puedes observar tomando un baño de sol, que dicho sea de paso es menos peligroso que los que acostumbra tu conejo.-

Ella río sonoramente y a él le pareció que su sonido era uno de los más agradables que había escuchado

Ambos observaron a Lucinda, mientras de un bostezo casi se comía un abejorro que pasaba por ahí.

Loli quedó maravillada con la apariencia de Lucinda, le parecía una pantera en miniatura ya que a pesar de estar aletargada no menguaba su porte majestuoso, característico de todos los felinos.

-¡Wow! – Dijo Loli - ¿Tú crees que quiera ser nuestra amiga?-

-Por supuesto, es muy noble y dócil, además es tan limpia y se comporta tan bien, que puede entrar a mi recámara. Suele permitir que acaricies su pelaje ¿porqué no lo intentas?-

Loli se acercó a Lucinda y posando a Greñitas sobre el césped empezó a acariciar lentamente el pelaje de ésta, aunque el temor la invadía, porque los felinos siempre le imponían, se sintió segura junto a ella y se acercó aún más, Lucinda agradeció el gesto con unas lengüeteadas en el dorso de la mano de Loli pero su atención más que en las caricias recibidas estaba en Greñitas, nunca había conocido un conejo como ese y sin saber como sintió que el corazón le dio un vuelco.

No era la única, lo mismo le estaba pasando a Greñitas.

Toni y Loli no podían hablar impactados por lo que ahora estaban viendo, ambas mascotas yacían sobre el césped completamente desmayadas.

CAPITULO II “Los refugios”

Una vez restablecidas ambas mascotas, después de haber recibido múltiples intentos de reanimación por cada uno de sus amos, incluso respiración de boca a boca, pasaron a la observación del uno al otro, envueltos en un arrobamiento especial. Lentamente se fueron acercando, hasta llegar a un contacto en que se hicieron diversos arrumacos y caricias y sin mirar siquiera los rostros estupefactos de Loli y Toni, se fueron juntos a retozar por aquél edén.

Debido al curso de los acontecimientos Loli y Toni no tuvieron más remedio que levantar sus hombros sin comprender a ciencia cierta que cosa les estaba sucediendo a sus mascotas.

Así que a Toni no le quedó más remedio que darle un tour, como ya lo había prometido, a su visita inesperada.

-La primera sección de este lugar que deseo mostrarte es la pista de aterrizaje.-

-¿Pista de aterrizaje?-

-No te inquietes no es una pista donde aterricen la serie de artefactos a los que estás acostumbrada, es una pista de aterrizaje de todos los insectos voladores que habitan en este lugar.-

Llegaron a un pequeño claro bañado de luz, donde el césped por alguna extraña razón parecía mas cortito y fino, como era una área sorteada por muchas plantas frondosas, éstas al transpirar producían un vapor que le daba al lugar una temperatura casi selvática, el efecto de la luz solar con el vapor generaba reflejos en toda la variedad de los colores del arco iris, de tal forma que daba la sensación de que una serie de proyectores de colores iluminaban el lugar.

Loli contempló maravillada como sobre el claro aterrizaban un par de libélulas de un violeta tornasolado, mientras permanecían estáticas pudo apreciar cada ramificación de los intrincados tejidos de sus alas, más tarde una abejita bajó a acicalarse para remontar casi de inmediato nuevamente el vuelo, una cuadrilla de abejorros bajó a realizar diferentes tipos de formaciones en un andar casi militar, para después irse a posar todos dentro de un gran alcatraz.

El espectáculo y colorido duró por varios minutos hasta que un batallón de mosquitos hizo huir del lugar a Loli casi corriendo. Toni la siguió tranquilamente sin poder evitar el que una ligera sonrisa asomara a sus labios.

Siguieron caminando y pronto a su paso apareció un abeto gigantesco al cual ni tomados ambos de las manos podrían abarcar en un abrazo, a los pies del mismo yacían un sinnúmero de piñas secas que el abeto ya había dejado bajar de sus ramas. De inmediato Toni empezó a recogerlas y a continuar con la intrincada construcción que bajo la sombra de esa especie arbórea él había edificado a lo largo de toda su vida.

-¿Qué es esa edificación? – Preguntó Loli

-Es el hotel para muchos bichos que de vez en cuando vienen de visita por estos lares, a veces pernoctan aquí descansan de su largo vuelo o caminata y cuando están repuestos emprenden nuevamente el viaje, si te acercas podrás observar en un recoveco a dos cochinillas hechas ovillo que aún están roncando negándose a aceptar que la noche ya terminó hace un buen rato.-

-Aunque también cuando juego con mis hombres de acción se convierte desde un poderoso fuerte de batalla, hasta un a edificación interplanetaria donde habitan seres de muchas galaxias.- Le respondió Toni, acomodando las piñas de tal forma que Loli no acertaba a comprender como podían mantenerse en equilibrio.

Ella comentó -También podría ser un maravilloso hábitat para seres élficos y hadas.-

Toni tuvo la certeza de que lugar en específico le gustaría a Loli y corriendo hacia un pequeño lugar medio en penumbras bañado por rayos solares multicolores le gritó:

-Ven, este lugar te va a encantar. A tus pies: ¡el balneario de las ninfas!-

Loli se quedó sin habla, poco a poco, fue bajando, hasta quedar recostada sobre el césped deteniendo su cabeza con ambas manos, no podía creer lo que sus ojos veían. Casi al ras de la altura de sus ojos había un pequeño estanque, cubierto parcialmente por una decena de nenúfares donde de cuando en cuando se posaban pequeños insectos de un verde limón casi transparente, sus cuerpos eran sumamente delgados y estilizados, de tal forma que efectivamente podían confundirse con las ninfas mitológicas que se observan en grabados de cuentos de hadas.

Con movimiento grácil dichos seres parecían bailar sobre las hojas de los nenúfares para después de un clavado sumergirse sobre el estanque, emergiendo de cuando en cuando para desplazarse sobre la superficie del agua simulando un baile en ski acuático. Durante largo rato, les estuvo admirando hasta que Toni le dijo.

-Realmente me sentiría encantado de tenerte aquí todo el día, pero aún nos faltan otros lugares que visitar.-

Siguieron avanzando sobre un sendero de alcatraces hasta toparse con un pequeño sembradío de fresas y moras silvestres, Toni retiro de entre las ramas varias de ellas y se las ofreció a Loli.

-¿Quieres?, están deliciosas.-

Loli acercó su pequeña boca y de la mano de Toni resbalaron hacia su interior varias frutillas, al morderlas algo de su jugo cayó sobre su blanco vestido.

-Se manchó tu vestido-

-No importa bien valió la pena, por disfrutar tan delicioso sabor.-

-Cuando te marches te daré una canastita con más, para que te las lleves a tu casa.-

-¡Oh, muchas gracias!-

Y mientras decía eso y aún saboreaba al néctar de las frutillas, elevó su rostro hacia el cielo donde sobre la copa de un exuberante árbol destacaba una pequeña casa de madera, dicha construcción creó en Loli un deseo irrefrenable de conocer su interior.

-Siempre quise tener una casita así, donde poder jugar con todos mis juguetes, estoy segura de que Lancelot estaría encantado con ella.-

-¿A quien te refieres, a un amigo tuyo?- Pregunto Toni un tanto preocupado, no sabía porqué pero en su interior el deseaba ser el único amigo masculino de Loli.

-Sí y no.- Respondió Loli con una amplia sonrisa.

-Lancelot es un pequeño Arlequín que mi Mamá me hizo con retazos de tela, es tan hermoso,……. tiene una bella piel azul y los ojos rubios del color de la miel, yo le cuento todos mis secretos y el es todo un caballero porque nunca los ha revelado a nadie, por ello, tiene ese nombre, realmente ha sabido hacer honor al él. Así que como has podido darte cuenta es un gran amigo. pero también es un juguete excepcional, algún día te contaré la gran serie de aventuras que hemos vivido juntos.

-Uhmmm….. ¿ y tienes muchos amigos Loli? Digo, humanos…. tú sabes.-

-Sí, son doce.-

-¿Doce?-

-Sí, verás es que soy muy selectiva- Contestó Loli al tiempo que admiraba la pequeña construcción, en la cual le hubiera gustados traer de visita a todos sus juguetes. Continuó escudriñando cada rincón, como seleccionando en cual encajaría cada uno de ellos.

-No entiendo donde está tu selectividad, yo considero que tienes muchos, demasiados diría yo ¿y todos son hombres?-

-Sólo siete de ellos, seis son mis hermanos y el otro es mi Papá.-

Toni respiró aliviado.

-Así que no tienes amigos hombres ¿que no sean familiares tuyos?-

-No.-

-Supongo que los otros cinco, son tus hermanas y tu Mamá. ¿Oh me equivoco?-

-Todas menos una, se llama Isela y es mi mejor amiga.-

Toni pensó que esa niña realmente era especial, nunca había conocido a alguien que considerara a sus hermanos como amigos y mucho menos a un muñeco de trapo. Pensó que no se había equivocado al permitirle la entrada a sus refugios. Así que le mostró hasta los lugares más recónditos de aquel maravilloso lugar y compartió con ella muchos secretos y anhelos que en esta ocasión no contaremos porque son dignos de otra historia.

-¡Que hermoso lugar!- Dijo Loli –Se ve que en él tu eres muy feliz.-

-Para mí este lugar es uno de mis refugios, donde puedo estar solo conmigo y meditar sobre muchas cosas que me inquietan o rememorar hermosos recuerdos ya vividos. ¿Te gustaría conocer otro de ellos?-

Loli sólo asintió con la cabeza, estaba segura de que le iba a encantar. Entraron dentro de la casa hasta la sala de la misma, se acercaron a un sillón de grandes cojines, con los que Toni diestramente construyó una pequeña casita, ambos entraron dentro de ella y ahí calladitos y en silencio escucharon el rumor de las voces adultas que hacían sobremesa en el gran comedor. Ambos sonrieron sabían que ese era un lugar mágico al cual sólo Toni tenía acceso y al que ahora invitaba a Loli amablemente, pasaron largas horas hablando de sus gustos, familias y secretos, viajando con la imaginación a muchos lugares.

Loli estaba tan contenta que preguntó a Toni

-¿Tienes más refugios de los cuales me puedas contar?-

-Sí aún tengo dos más y creo que hoy empiezo a vislumbrar uno nuevo. El siguiente refugio es Dios, del que creo no debo comentar mucho porque sospecho que también es un refugio tuyo, otro es mi Mamá a la que no necesito decirte cuanto adoro, porque tú a través de lo que hemos platicado ya lo habrás apreciado.

-Toni, ¿mencionaste que hoy habías encontrado uno nuevo, cual es?-

-Tú.-

CAPITULO III “ El despertar”

Loli con algunos años más despertó de ese hermoso sueño y comprendió que de alguna forma ambos seguían siendo niños.

Recordó a su mascota Greñitas la que seguramente estaba en un cielo, edén o paraíso, donde probablemente van todos las mascotas que se han portado bien, tenía la certeza de que en ese lugar había encontrado a Lucinda y que ambos formaban una hermosa pareja.

Pero lo más bello de todo era que Toni la había considerado como parte de sus refugios y eso le dio un ánimo sin medida para levantarse e irse a trabajar, no sin antes dar gracias a Dios por muchas cosas, pero ese día en especial por ese maravilloso sueño.

Este cuento, por supuesto no tiene final porque la historia aún continúa……..


Yolanda de la Colina Flores


29 de mayo del 2007

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ESA GRANDIOSA CHIQUILLA

























Esa grandiosa chiquilla


que olfateando una corola

a pie juntillas sobre el barro

sólo el aroma percibirá.


Del mundo ella mirará


lo bueno que este le da

lo demás Dios dará

su día con cada afán.


Esa grandiosa chiquilla


niña, adolescente y madre

sentada a la vera de un lecho

de cuentera vestirá.


Ella para sus retoños
hilvana cuentos y aventuras

donde el héroe cada noche

es el príncipe Austraberto.


Esa grandiosa chiquilla


entre libros y yugos franciscanos

encuentra sentido a su vida

a través de La Palabra.


Es testigo de milagros


vividos en carne propia

para otros coincidencias

suma de Kismet y Sino.


Esa grandiosa chiquilla


que entre vísperas y laudes

entreteje en oraciones

la salvación de los que ama.


Vidas ejemplares sus libros


o manuales de abadías

también buenos recetarios

y de ama de casa manuales.


Construye panes de muertos


y trenzas de frutos secos

con mil horas de amasado

y pizquillas de cariño.

De alta costura modista


hace mantos de princesa

trajes regios de leones

y caparazón de tortugas.

Ora juntando sus manos


el piano toca con ellas

y se vuelven mas hermosas

cundo te da una caricia.


Su bendición te embalsama


del mundo y de sus peligros

y te resuelve la vida

con una simple sonrisa.


Su cosmos está lleno de misas


de altares, de incienso y mirra

y de ángeles celestiales

que tu existencia vigilan.


Esa grandiosa chiquilla


es la madre que me añora

que va cuidando mis pasos

día a día con sus rezos.



Yoli


10 de mayo del 2010

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QUERIDA PATRIA GOLPEADA...



























Hoy parto y te dejo en llaga lastimera
más que el dolor que sufres me hiere
saber quien te encaja ballesta traidora
dinero, placeres, y estupefacientes.

¿Cómo en ti nacieron la perversión y el vicio
cómo en ti crecieron matanzas, secuestros,
cerdas cofradías, alianzas pedestres,
seres sin cabeza y entes mancillados?

¿Cómo en ti los niños que viajan tan lejos
entre los vapores que les dan los vicios?
¿cómo esas niñitas son ya meretrices?
¿cómo es que hay pupilos de contrabandistas?

¿Cómo permitimos que nos gobernaran
seres sin cordura, narcisos perennes,
gente tan sumisa, gente tan maldita
con alma perversa y empequeñecida?

¿Cómo es que llevamos a un payaso al triunfo
a un joker siniestro con risa de burla
al traidor que vende y que prostituye
lo que ya existía y lo que va naciendo?

No son malinchistas porque aquí no existe
la excusa que cree que siempre posee
el que se enamora del conquistador,
esto solo es casta de un simple traidor.

¿Cómo es que no ven lo bello de ti
cómo es que no besan tus playas y prados
tus niños y niñas hablando dialectos
y sus piecitos que corren descalzos?

¿Cómo no valoran el grandioso obrero
ese que se rompe el alma y el cuerpo
ese que trabaja para que sus hijos
emigren al norte a buscar cobijo?

¿Quién se apoderó como un oligarca
de nuestra cultura y nuestra educación?
¿porque no la vuelven a quien pertenece
al amado pueblo que es quien la merece?

Y yo desde lejos veo tus convulsiones
tus calles abiertas en obras insulsas
para un presupuesto sólo rellenar,
para una campaña con simiente arar.

Y me voy llorando sin saber que hacer
sin saber si pronto a ti volveré,
sin poder taparte ni una sola herida
sin romperme toda, como tu lo estás.

Yolanda de la Colina Flores

22 de diciembre del 2008
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lunes, 6 de septiembre de 2010

TU AMOR LÍQUIDO




















Tu amor es líquido,
como agua entre las manos,
como gotas de transpiración en mi piel
como océanos que me inundan por dentro.

Tu amor es como un río fugitivo
con sus anchas riveras de esperanza;
corriente de pasión que no descansa,
de buscar las cálidas entrañas de mi tierra.

Desemboca en los mares sensitivos
donde es ola golpeando arrecifes y coral;
donde la sombra es luz y el beso alcanza
a perder la noción de mis sentidos.

Tu amor es un líquido brebaje
que cura las más hondas soledades
con mágicas fórmulas aún desconocidas para mí
y alimenta los sueños de mi vida.

Líquido arquitecto fugaz de mis paisajes;
elixir de amores, deseos y tibiezas,
que al probarte desvanece sin remedio
toda duda, todo mal, las tormentas y mis miedos.

Para Toni de Yoli

8 de mayo del 2007

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domingo, 5 de septiembre de 2010

EL CLUB DE LOS MIEDOSOS





Pocholo, Pique y Piolín se han juntado por varias cosas, primero debido a que sus motes empiezan por la P los llaman los Pipipi, que no es nada para vanagloriarse porque en su pueblo les llaman así a aquellos que se hacen pipi en la cama.

Después porque al ser un poco, los raros del lugar, se han unido tal vez involuntariamente o porque la inercia de su situación los ha llevado a ello y han formado un club en la copa de un olivo en donde han hecho una maravillosa e increíble casita de madera a la cual suben por una escalerilla “tembeleque”. Por ella no tienen miedo a trepar y de ello se sienten orgullosos ya que ellos tienen miedo a tantas cosas que la tinta que hay en su pueblito no alcanzaría a describirlos.

Los Pipipi son conscientes de estos miedos y por supuesto no quisieran vivir con ellos y entre sus más grandes anhelos está el llegar a vencerlos. ¡Cuidado! No debemos pensar ni por un momento que estos chiquillos miedosos son tontos. Tienen para envidia de sus compañeros las más altas notas en la escuela y por lo cual ellos no comprenden como es que tienen estas fobias.

La casita del olivo ha venido a ser el diván psiquiátrico de estos pequeñuelos y allí los tres desembuchan uno a uno todos sus temores, se apoyan unos a otros y se dan un sinfín de consejos y consejas pero ninguno ha logrado vencer lo que toda su vida los ha mantenido aterrados.

Como asumen su situación con resignación su club se denomina sin miramientos “El Club de los Miedosos”, claro que eso, solamente ellos lo saben. Ya han ideado muchas formas para vencer sus temores, pero desgraciadamente ninguna les ha funcionado.

Lo más curioso queridos amigos es que los miedos de estos Pipipi, no son los que ustedes creen, no le temen a los monstruos, ni a los zombis o vampiros, es más disfrutan con singular alegría todas las películas de terror, suspenso o intriga de las cuales tienen una enorme colección y después de sus terapias grupales disfrutan siempre una función de las mismas con una excelsa dotación de palomitas.

Las casas abandonadas, las cuevas, y cementerios son sus lugares preferidos de reunión, son expertos en conjuros, en caminar entre nieblas sofocantes en bosques densos de vegetación y solitarios de hombres, conocen a la perfección como lidiar con los seres de inframundo o aliens evolutivos.

¿Entonces que será a lo que le temen estos pequeños que no sobrepasan la decena de años?
Lo que provoca sus húmedos sueños propios de su edad son las cosas que algunos no podríamos ni imaginar porque son tan complejos y sencillos a la vez.

Los miedos, lo terrorífico, las fobias, eso que los corroe está y navega en aguas profundas que irremediablemente moja el colchón bien protegido por sus respectivas madres que ya hasta andan ideando en crear una empresa de sábanas desechables. Esos temores se adentran en la mar profunda e inaccesible de la noche y se esconde entre algas inmensas y corales infranqueables para estos pequeñines.

Las terapias no les funcionan, todo lo que han ideado para escapar de ello ha sido inútil, por más tretas y artilugios que hayan creado para huir de ellos, les ha sido imposible combatirlos, y aunque lean y relean tratados en bibliotecas sus batallas y peleas han resultado escaramuzas que les han llevado siempre a la derrota.

¿Porqué tan ilustres estudiantes no pueden vencer sus miedos, porqué no pueden vencerlos si en un tris los tres enfrentan problemas matemáticos con absoluta destreza ? Si se conocen de todas las materias los más recónditos secretos y no hay quien los pille cuando se les cuestiona sobre cualquier tema y siempre salen avante ¿Porqué no pueden salir airosos al enfrentarse a su más terribles temores?

Tal vez porque los miedos están en otro universo, ese que no podemos controlar, ese que por más esfuerzos que hagamos nos toma siempre en sus brazos, ese que por más refresco de cola que tomemos nos envuelve poco a poco y aunque no queramos nos va cerrando los párpados y aflojando el cuerpo dejándonos a merced de todo lo que nuestra mente desee crear y nos lleva irremediablemente al infranqueable mundo de los sueños.

Es ese mundo que nos toma por sorpresa y nos puede mostrar nuestros más queridos anhelos pero también lo que más tememos. Los pequeños no pueden hacer nada contra ello y por más que intenten huir cada noche sin poder evitarlo se adentran en ese mundo y se la pasan huyendo de sus temores secretos. Pero en las historias dicen que siempre hay un vuelta de tuerca, ¿será que nuestros Pipipi lograrán encontrar la llave para hacerla por fin girar?

Al salir del colegio y entrar en el estanquillo de revistas, diarios y pasquines, los tres a un tiempo han leído un pequeño título de una sección de primera plana de un diario especializado en psicología , un titular que si no es llamativo le ha dado una vuelta a la cuestión, el trío al unísono repite una y otra vez : “Enfrenta a tu Monstruo”.

¡Claro! ¿Cómo no haberlo pensando antes? Siempre se la han pasado huyendo de él, ¡había que enfrentarlo! ¡Y no huir como un “mariquita”!, ¿Cómo hemos sido tan tontos? si otras cosas las resolvemos tan brillantemente!!! ¿Será posible?

Nuestros modestos protagonistas si que han encontrado una luz, pero… Aquí viene la cuestión ¿cómo enfrentarlos? Y lo más importante una vez que ideen como hacerlo ¿cómo controlar el hacerlo en el mundo de los sueños? Ah…….. amigos…..

Bueno, primero, lo primero, a idear como enfrentarlos y después ya solucionaremos la segunda cuestión. Sus materias grises empiezan a trabajar a velocidades insospechadas y en el camino a la casita del olivo van ideando mil estratagemas para lidiar y vencer al enemigo.

Sentados en un semicírculo, los tres con las miradas parecen estar llegando a las mismas conclusiones y Pocholo al ser el mayor empieza a dar los pormenores de la primera fase del plan, los otros dos le secundan asintiendo a sus proposiciones solo con la cabeza.

El plan reza así: no hay que ser temerarios irán abatiendo un monstruo a la vez, y vencerán a tres de ellos, uno por cada chiquitín, aquel al que más temen, así que tres noches se quedarán a dormir en la casita del olivo; una vez que sus padres crean que están durmiendo saldrán por las respectivas ventanas de sus habitaciones y se reunirán en la base de su club.

Una noche Pocholo librará la primera batalla por ser el mayor, aunque solo sea por un día mayor que su sucesor, después le vendrá el turno a Pique y finalmente a Piolín que es el más pequeñito de los tres.

Por supuesto Pocholo tendrá que entrar en sueño profundo para llevar a cabo su enfrentamiento más temido, los otros dos deberán vigilar su sueño y cuidar que no le despierte nada, para no caer en brazos de Morfeo Pique, cómo buen hijo de inmigrantes mexicanos, llevará una lata grande de chiles Jalapeños, bien picantes para que cada vez que el sueño intente vencerles ellos morderán el picante pimiento a fin de mantenerse despiertos; es importante no olvidar en la empresa llevar cada noche una buena caja de pañuelos desechables, además de las armas específicas que cada quien llevará para enfrentar a su monstruo.

La descripción de los pertrechos para las batallas de cada uno de ellos lo dejaremos para el momento crucial, porque hay un asunto más importante que resolver. ¿ Cómo controlar que dichos pertrechos lleguen al mundo de los sueños?

Después de rumiarlo mucho la respuesta vino muy fácil a nuestros pequeños amigos, tratando de vencer sus miedos ellos han ideado muchos métodos y entre literatura y literatura que ha caído en sus manos, tienen un tratado de hipnosis que ellos aseguran dominan a la perfección; así que mediante este método se convencerán a si mismos que llevan dichos pertrechos en el momento de entrar al mundo de los sueños. ¿Cómo es que pueden convencerse sin lugar a dudar de ello y no de que ya no temen a sus monstruos más terribles? Pues no lo sabemos y de nada sirve el cuestionarlo, la historia es así y no la podemos cambiar.

Durante varios días y múltiples sesiones se van auto convenciendo que al entrar al mundo de sus sueños llevarán las armas que requieren para combatir aquello que más temen y cuando lo creen plenamente, comunican entre sí que están listos para la acción.

La primera noche ya está aquí y Pocholo se prepara para enfrentar a su monstruo, camino a la casita del olivo tiembla y no hace frío, suda copiosamente y tampoco hace un calor tan agobiante que justifique su sudoración, sin embargo él está decidido y avanza con paso firme, al subir la escalerilla un pié parece trastabillar, Pocholo se afianza y sube hasta la casita, sus compinches no menos nerviosos ya están ahí.

Han terminado las pláticas banales tratando de evitar la llegada del inminente sueño, se les han acabado, los bostezos y posiciones incómodas les empiezan a invadir, para Pique y Piolín ha llegado la hora de ingerir el primer Jalapeño y buen trago de refresco de Cola, las lágrimas no han aparecido afortunadamente, entre risas y sofocos se sientan junto a su amigo al que la penuria en los labios y lenguas de sus compañeros no ha espantado el sueño, se acurruca, no sin temor, y al paso de las horas empieza sin remedio a entrar en período de ensoñación.

Según pasan las horas Pocholo navega por las diferentes etapas del sueño, por el movimiento en sus párpados, ambos amigos saben que ha entrado en fase rem, saben también por ello que el sueño pronto acabará y que tal vez en breve despertará ; afortunadamente no han tenido que comer muchos jalapeños y solamente Piolín a necesitado utilizar alguno que otro pañuelo desechable para enjugarse las lágrimas.

Nuestro primer héroe va despertando y al abrir los ojos una sonrisa invade su rostro, sus compañeritos sonríen también, saben que Pocholo ha vencido y le palmean la espalda y ¡vamos a chocar los 5! Que todo ha salido de maravilla, ahora sus “amiguetes” quieren saber cómo ha sido la batalla y sobre todo como ha salido avante de ella.

Ahora antes de que amanezca, Pocholo empieza a contarles con lujo de detalles su increíble viaje: Y les narra que se ha adentrado en un profundo bosque, al principio le parece lóbrego y oscuro, pero poco a poco descubre que la espesura es normal como cualquier paraje arbolado pero de noche, no hay nada siniestro en él. Su mirada se empieza a familiarizar con las formas y van apareciendo los colores, además de los múltiples troncos y ramajes descubre una miríada de follajes y flores. También le sale al paso un ejército de luciérnagas y el paisaje se vuelve aun más bello, su pequeño rostro se ilumina con una sonrisa al descubrir lentamente el inusitado paraje. Pocholo les narra que incluso llegó a olvidar su propósito al adentrarse en el sueño y se preguntaba posteriormente si no sería un especie de escudo de sus miedos y que a fin de no desaparecer engañaba a su inconsciente para que él no pudiese enfrentar a su monstruo y liberarse por fin de él.

Tan encantado estaba en aquel hábitat que durante un período largo de tiempo se dedicó a admirarlo y disfrutarlo ya que había clases herbolarias y botánicas que jamás había visualizado en su mundo cotidiano. De improviso un calor extraño lo invadió y esta sensación se iba poniendo paulatinamente más álgida. Un sudor helado corrió por su rostro, eran como copos hirientes de nieve que al tocar su piel se derretían causándole un dolor como si ligeros pinchazos se clavaran en su faz y la ira lo invade. Lo comprendió de repente, lo más temido se acercaba a pasos agigantados e iba consumiendo a su paso el precioso boscaje.

A los pocos segundos lo tenía ahí ya frente a él, podía sentir su candente aliento como si fuera el suyo y al tratar de tomar aire para respirar de forma más normalizada, la temperatura de este le calcinaba todo su aparato respiratorio de tal forma que algo viscoso y caliente emanaba de sus fosas nasales, trato de detenerlo con la mano y al sentir su textura se percató de inmediato que era sangre, las peleas ocasionales con los enemigos del “cole” le habían hecho un experto hematólogo. Nunca había tenido tan cerca de su enemigo, podía ahora visualizar sus formas exotérmicas y entre la reacciones químicas que le mantenían vivo, acertó a distinguir formas que le identificaban como un ser, tenía extremidades claramente definidas y en lo que parecía su cabeza distinguía un rostro horripilante con fauces y ojos indescriptibles.

Sin querer estaba haciendo lo que en sus planes él y sus amigos habían decidido, observar a su monstruo para poder reconocerlo e identificar si fuese posible sus debilidades, Pocholo no sólo lo estaba enfrentando y resistiendo, sino que al someterlo a sus revisiones analíticas había olvidado la ira que el ser le produce y el calor extenuante y sofocante que el ser le provocaba, el cual siempre acallaba con una descarga nocturna de su vejiga disipando sus temores sobre el colchón. Bajo sus ojos auscultatorios, el rostro de su ente iba tomando otras formas y después al mirarlo con más detenimiento pudo percibir otras cosas. El ser que tenía enfrente no era un adulto, sus movimientos y actitudes se lo confirmaban ahora, ¡Era un bebé de fuego!

Pocholo, pudo ahora secarse el sudor de la frente con el dorso de su brazo derecho y con el izquierdo limpiarse la nariz. El gigantesco bebé se le acercaba y ahora él comprendía que lloraba desconsoladamente, los chispazos que de él emergían no eran sino sus candentes “lágrimas”. Aún así, Pocholo sabía que el ser aunque fuese un pequeño podía hacerle daño y si no conseguía quitarle la rabieta que le hacía sollozar de esa manera, ¡estaría acabado!.

Recordó de inmediato que en su mente llevaba los pertrechos de guerra y unos eran sin lugar a dudas su memoria e imaginación, elaboró miles de conjeturas sobre los estados de ánimo que provocaban los berrinches inusitados de todos los críos pequeñitos que conocía, sobre todo cuando caían sin remedio a la exposición inusual del sol. Y a su mente vinieron miles de imágenes, ahora tenía que hacer tangible dentro de su sueño la idea más apta para este evento, llevó su mano derecha a la parte posterior de su cuerpo y cruzando los dedos índice y cordial empezó a cristalizar su idea hasta que su idea adquirió forma en su puño, lo asió con todas sus fuerzas pero con delicadeza, no podía resquebrajarlo o dejarlo caer, el ser de fuego se acercaba más a él y ya casi lo tenía encima cuando con mano temblorosa le mostró a la criatura lo que su mano contenía, de repente los gimoteos pararon y el nene alargó su mano, cuanto más cerca estaba sus llamas se iban empequeñeciendo hasta quedar reducido en el bebé mas hermoso que el chiquillo hubiera visto. Estaba ahí sentadito saboreando con fruición el delicioso cono de helado que Pocholo le había proporcionado. El chico a vencido su irá convertida en un ente de fuego.

Toca el turno a Pique y sigue mas o menos las mismas fases de ensueño de su predecesor, lo único que cambia es el panorama, el mundo de sus sueños es una especie de Zoológico donde sus moradores se encuentran libres de jaulas o de barrotes, la alegría lo invade a regresado a Africam, uno de los lugares más amados por él en su patria, en Valsequillo, Puebla. Pique se va perdiendo en el sueño subyugado por sus juegos con cebras, jirafas, leones y tigres, entre muchos otros, se siente Mowgli y conversa con todos ellos, ríe desaforadamente a carcajada limpia. Lo encontramos de repente montando una silenciosa pantera y al rato jugando a las escondidas con una banda de orangutanes o cantando a coro con una manada de lobos. De repente un sentimiento se va apoderando de él. Comprende que en breve tendrá que dejar a todos sus fieros amigos y no jugará más con ellos, y estará de nuevo en una tierra que no es la suya donde es un inmigrante. Y una lágrima empieza a asomarse por el rabillo de uno de sus ojos y con ello una incipiente necesidad de ir a orinar.

Esta ahí dejándose dominar por aquello que le aqueja y no a escuchado los sonoros barridos de un enorme paquidermo africano que se encuentra a sus espaldas, el cual encolerizado empieza una carrera mortal hacia donde está nuestro pequeño amigo; afortunadamente éste reacciona rápidamente y el trotón de carne y hueso le ha pasado rozando por un pelo. El grandioso Elefante patalea y arremete contra lo que se le ponga a su paso y alza al viento su larga trompa barritando y ensordeciendo a todos sus compañeros de Africam, su apariencia es impactante, su clamor terrible, su enojo podría acobardar a cualquiera y Piqué estaba así, incluso le pareció escuchar el ruido que sus rodillas hacían al chocar entre sí; pero, tratando de borrar su lágrimas que antes de la aparición de tan temible animal ya asomaban a sus mejillas, empieza a visualizar al proboscidio y el incipiente llanto se va transformando en una sonrisa que culmina en una soberana carcajada. ¡Pero si es color de rosa!

Pique logra contener su risa y se acerca poco a poco al elefante y ahora el miedo que antes le producía va cediendo, su singular color parece haberle quitado la fiereza y hasta parece tierno. Se atreve a acercarse aún más y finalmente con voz entrecortada le pregunta que le pasa. El gran paquidermo le cuenta sin ningún reparo sus cuitas: hoy no ha venido ningún niño a traerle nueces como todos los días y eso le pone furioso, y empieza a calentarse de nuevo en su furia, ya está a punto de emprender otra pavorosa galopada, cuando Piqué con las mismas armas de su amigo, logra cristalizar sus pensamientos y con una de sus manos busca en sus bolsillos la tan preciada salvación, ¡ahí están las nueces que necesita! y se apresta a darlas al temerario animal, este a cesado el incipiente correteo y se acerca olisqueando lo que el “chamaco” le ofrece. Las toma con su trompa y con deleite se las empieza a comer, después de un largo rato se las ha terminado y saboreándose le pregunta al niño con cierta displicencia que de donde ha obtenido esas nueces azules, el pequeño le responde entre risas que eso no debe importarle, ante un paquidermo rosa ¿qué tienen de raro las nueces azules? Pique ha vencido también su tristeza convertida en un enorme elefante,

Por fin toca al más pequeño y éste no logra conciliar el sueño tan fácilmente como sus antecesores. Ya está a punto de llegar el alba y el al fin logra conciliar el sueño y se adentra en el lugar que más común le puede resultar pero también es el que más ama, su hogar donde se siente protegido, ahí no llegan sus compañeros del colegio que siempre parecen atosigarle sin cesar, aunque aquellos no le tomen en cuenta el huye de ellos temiendo que algo le puedan hacer. Las paredes de su casa son poderosas e impenetrables, por eso ahí se siente el más aguerrido y valiente ser. Se la pasa disfrutando de todos los placeres que su casa le da, sus libros, juguetes, programas, ropajes y comidas preferidas y se arrellana ahí junto a la chimenea, su lugar preferido para disfrutar un buen libro, ya está ahí con el calorcito que el lar le proporciona a punto de dormirse en su propio sueño, cuando un ruidito le saca de su ensoñación, con ojo vivaz localiza el lugar donde procede… ¡No puede ser alguien ha abierto un pequeño boquete en una pared! ¡su fuerte ha sido violado!

Todo le empieza a dar vuelta, los dientes le castañean, se muerde las uñas y a punto está de mojar los cortos pantaloncillos, cuando escucha de nuevo el ruido y algo lo distrae de su miedo, su concentración una de sus armas le permite centrarse en una parte de lo que le produce el miedo, desenfocando el total del miedo. Dentro está seguro, así que si se asoma por el agujero, nada le pasará siempre estará a tiempo de esconderse, despaciosamente se va acercando y la sensación de miedo va cediendo, por el boquete ahora percibe una criatura, le asalta el miedo de nuevo y empieza la retirada mientras piensa ¡pero si es tan pequeño! Asi que regresa y le observa otro poco, ahora sabe que es y entre temeroso y nervioso, el ser le va pareciendo menos peligroso, hasta que finalmente le resulta hasta simpático, sin darse cuenta empieza a percibir un olor en el bolsillo de su camisa, tantea lo que contiene y con una gran sonrisa ofrece un buen trozo de gruyere al pequeño roedor al que después con ternura acaricia. Piolín ha salido victorioso en la difícil lucha de enfrentar sus miedos, descubriendo que éstos a veces resultan ser tan pequeños como un insignificante y diminuto ratoncillo.

Nuestros héroes han superado con sus armas de niños las pequeñas luchas que los habían convertido en Pipipi, ahora han cambiado su nombre porque desde ahora son un poco mayores, ya no mojan las sábanas y han crecido un día más en su vida, pero años luz en sus sueños.


Yolanda de la Colina Flores.

1 de enero del 2010
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viernes, 3 de septiembre de 2010

BRUJAS O PRINCESAS







Dicen las malas lenguas

Pobrecitas princesas


pues prefieren a las brujas


por encima de todas ellas.




Será porque las brujillas


se quedan por siempre igual


sin galán y sin castillo


y el gran beso del final.




Como los cuentos se cierran


en el clásico remate


con esa letanía que dice


que vivieron muy felices….




Ahora las brujas se aplican


y nos quieren convencer


de que ese final no existe


y que fueron infelices.




Lo que pasa es que los cuentos


no son nuestra realidad


no es lo mismo Lady Di


que la tierna Blanca Nieves.




Y si hemos de comparar


a las tan temidas brujas


me produce mas espanto


la reina inglesa Isabel.




Las brujillas de los cuentos


a mi me dan más penilla


pues me parece que siempre


tienen problemas de estima.




Siempre son ya maduritas


y andan sin un gran decoro


buscando por donde quiera


ser las más bonitas.




Parece que los poderes


no les alcanzan del todo


para una lipo escultura


o de botox pinchadura.




Entonces las inconscientes


se dedican a matar


a las jóvenes princesas


y así arrasar al rival.




Yo no entiendo a las brujillas


¿Porque si han sido tan bellas


siempre se encuentran solitas


y también amargadillas?




¿Será que no hubo galán


que les pudiese aplacar


sus pasiones y calores


y subirles los colores?




¿Será que con tanta poción


y con tanto encantamiento


han perdido la emoción


en el enamoramiento?




Bruja o princesa es igual


porque el cuento, ya al final,


lo escriben muy bien princesas


y brujas por igual.




A mi me gustan las brujas


y también las princesillas


pero esas que con embrujos


conquistan el alma entera.




Esas que con su sonrisa


y con un gesto cualquiera


se consiguen embrujar


a todo ser en la tierra




Las féminas de CU


tienen un poco de ambas


y pueden en buena lid


competir con Norma Jean.






Yolanda de la Colina Flores



18 de junio del 2008

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