sábado, 10 de octubre de 2015

LA FORMA DE LOS RECUERDOS


Lola ha cumplido cincuenta, está feliz porque ha tenido una vida plena, sus hijos están en la universidad terminando sus carreras, han sido buenos, más de lo que podrá desear, su marido su complemento ideal, en su carrera de magisterio ha tenido también sus triunfos y reconocimientos, todo en su vida es placentero, ahora que ya todos duermen y sus amigos se han marchado después de la celebración de su onomástico va recogiendo los platos y enseres que han quedado esparcidos por la mesa y alguno que otro lugar donde algunos conversadores dejaron posados sobre mesillas, estantes o repisas.

Cuando está recogiendo y disponiendo todo para su lavado, aparece frente a ella una forma nebulosa indefinida color cereza, fresa o frambuesa, no sabría definirlo, tal parece que fuera una mixtura de los mismos, con olores de pastelería, con el calorcito normal que despide la cocina cuando han encendido el horno, el olor de la masa recién horneada, son los recuerdos que le evocan a su madre cuando le enseñaba a cocinar algunas cosas de repostería, ah, esos recuerdos tienen tintes de frutas, con lluvia de estrellitas y polvitos de oro, todo ello aderezado con una serie de armonía y ritmos musicales con un carácter infantil y así al final de este recuerdo aparece el rostro amado de su madre.

Mientras activa la secuencia del lavavajillas, se forma frente a ella una forma nebulosa de tintes de añil y verdes boscosos, salpicados con los tonos de la piel de los camellos, o quizás leopardos, jirafas, o caballos, gatos y perros, con los olores de la campiña, los sembradíos. Entre sus formas se sobreponen imágenes de insectos o batracios en libertad y en su hábitat, microbios y mariposas bajo el ojo de un lente o un objetivo, libros con alas que aparecen y luego se van para dar paso a otros, casi puede alcanzarlos con sus manos, poco a poco se van desvaneciendo, junto con una música que denota algarabía una orquesta de vientos cuerdas y maderas, con alguna que otra percusión, pero en este bello recuerdo alcanza a percibir claramente la figura de su padre y sus hermanos.

Después, al tiempo que quita las servilletas y el mantel y los mete a la lavadora, aparece junto a sí una forma voluptuosa y etérea con tonos rosados, o quizás amarillos, violáceos o azulados, los colores se entremezclan y van cambiando como el vestido de la bella durmiente mientras baila, le acompañan fragancias de flores y maderas, una especie de confeti de colores de tonos pastel con una lluvia de pétalos de flores, le escolta la música clásica y sublime de una sinfónica, y ahí ante ella ve el rostro bello de su amado, su exacto complemento, su cómplice amante y eterno enamorado, quien ahora toma un baño después de haber despedido con ella a todos los invitados quizás un poco cansado, bajo la lluvia de la ducha repone fuerzas y se sacude con ella todos los  vapores y olores que se le habían enganchado mientras cocinaba para ella sus platillos preferidos.

Ahora Lola sube la escalera de caracol hacia su habitación, mientras piensa, ¡oh!, ¡que fabulosos cincuenta!, ¡cuántos recuerdos!, ahora solo queda crear las formas de los recuerdos de los años venideros.

Yolanda de la Colina Flores

7 de agosto del 2014
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miércoles, 7 de octubre de 2015

LA UNICA MANERA DE BAJAR DE PESO



Cuando tengo que hacer dieta
yo me siento en otro lar,
y me encuentro tan perdida
como Alicia en Wonderland.

Cual pájaro Dodo aseguran
cantando con emoción,
que con unos maratones
puedo bajar un montón

Como Bill la lagartija
me comentan por lo bajo,
que con bañitos de sol
la grasa seguro bajo.

Como conejos me achuchan
con su reloj y tic tac,
cual oruga me seducen
con pociones que reducen.

Y cual gatos de Cheshire
de mi se ríen sin parar,
porque no encuentro la ruta
para un gramito bajar.

Como la liebre de marzo
dicen que yo he de bajar,
con tés verdes o bermejos
o bebiendo en biberón.

Cual sombrero aseguran
que es muy fácil rebajar,
si como él locos están
seguro no debo confiar.

Después de tantas consejas
que me invaden por doquier,
como no quiero reyertas
ninguno cuestionaré.
  
Si yo sigo sus premisas
sus consejos y recetas,
seguro no escucharé
cantinelas por doquier:

“Que si menguo los bocados,
las raciones y estofados;
¡seguro es que bajaré!,
¡sin duda desinflaré!

Desterraré el cómeme,
el bébeme enterraré,
omnívora no seré,
lo opíparo desdeñaré.

Como Alicia en Wonderland
por un agujero caeré,
mejor, pensándolo bien
me encerraré en un desván.

En pequeña cocinita
mis alimentos haré,
como Alicia creceré
a pan y agua acabaré.

Yolanda de la Colina Flores
6 de octubre del 2015




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martes, 6 de octubre de 2015

LLÉVAME SIEMPRE CONTIGO



Llévame siempre contigo
prendidita a tu bolsillo,
a recorrer los caminos
por donde vas peregrino.

Dame un poco de cobijo
por los pliegues de tu abrigo,
como el tesoro mas fino
que  lleva tu mismo sino.

Pórtame como algo divino,
cual erario esmeraldino,
un diamante cristalino
engarzado a tu destino.

Verás como te fascino
con mi toque femenino,
seré el mejor convecino
que jamás será cansino.

Puedo ser tu vellocino
o un pequeñito doctrino,
con mi más caro abanino
y un poquito de albarino.

Y aunque me sienta en lo alpino
seré firme numantino,
cual estoico felino
que no teme ni un comino.

Yolanda de la Colina Flores
6 de octubre del 2015


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viernes, 2 de octubre de 2015

CASTIDAD


Quien define castidad
como una virtud ausente,
de todo goce carnal
no hace honor a la verdad.

Cuando una mujer se “guarda”
por tan solo “el que dirán”
no sabe lo que resguarda
ni lo que es la castidad.

No es casto el que se reprime
sino el que lo guarda y no gime,
el que el amor no comprime
en sólo el velo del himen.

Creo con alma violentada
que cualquier mujer violada,
mancillada y ultrajada,
no pierde su castidad.

Para mí es el esperar,
desde mi férreo pensar,
sin afán de disertar,
a quien amas en verdad.

Yolanda de la Colina Flores
2 de octubre del 2015


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