lunes, 22 de febrero de 2016

REBELIÓN CULINARIA Capítulo 9 (UN CUENTO DE CELEBRACIÓN DE LA AMISTAD)



Capítulo 9

Un plácido desayuno

Al día siguiente todos despertaron felices de contento y las nenas decidieron que era necesario hacer una nueva celebración, para ello querían invitar al conjunto completo de amigos a un delicioso desayuno, pero no la tenían fácil, hacer una comida, como lo habían hecho el día anterior de una deliciosa ensalada y pequeños bocadillitos no era complicado, pero ahora para esta ocasión especial las niñas tenían antojo de hot cakes y carecían de cocinera.

Estaban ahí barruntado que hacer cuando Genoveva se les acercó y les anunció que eso estaba solucionado, sus padres que ya se habían enterado de todo por boca de las niñas  en una conversación telefónica habían resuelto ese problema y desde temprano ya estaba laborado en su hogar una nueva cocinera, la Señora Cake. _!Genial, seguro hace unos pasteles geniales!_ dijeron nuevamente al unísono las chiquillas.

Todo estuvo dispuesto al punto, Ambrosio dejo el césped del jardín, cortadito y finito, al centro él y Genoveva pusieron la mesa central con toda la vajilla y cubertería pertinente, la crema y mieles de abeja y maple; alrededor de la mesa colocaron dos sillas para las nenas y otra para el escarabajo cornudo, que era grande y corpulento, para los demás insectos dispusieron las pequeñas sillitas que las niñas utilizaban para jugar con sus muñecas, Brittle y la cebollita aguerrida se sentían más cómodos apostados sobre dos mesas laterales donde también se habían dispuesto algunos utensilios.

La cubertería en el ágape cumplió sus consabidas funciones, pero también hicieron algunas otras cosas, sobre todo unos cubiertos contorsionistas que se convertían en unos flamantes músicos que además tocaban muy bien, así que estuvieron amenizando todo el evento maravillosamente.

Todo fue algarabía, vítores y aplausos cuando la Señora Cake llegó con una tremenda torre de hot cakes, de la cual al completo comieron, pasaron unos bellos momentos compartiendo el estar celebrando y degustando tan delicioso desayuno, pero lo más importante es que principalmente festejaban el hecho de haber comprendido el verdadero valor de la amistad.

Yolanda de la Colina Flores

22 de septiembre del 2015 


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domingo, 21 de febrero de 2016

REBELIÓN CULINARIA Capítulo 8 (UN CUENTO DE CELEBRACIÓN DE LA AMISTAD)



Capítulo 8

La capitulación

Todos estaban mudos, sin poder emitir ni un monosílabo, las hermanas depusieron las armas, dejándolas caer al suelo y cuando se aproximaron al grupo de insectos éstos erguidos en dos patas, extendieron sus patas delanteras en señal de querer proporcionar un abrazo, las niñas accedieron al gesto sin temor y una a una fueron abrazando a cada uno de los insectos.

No existía tal enemigo, todo se había desorbitado y magnificado, poco a poco comprendieron que a veces las primeras impresiones no nos muestran toda la verdad, y los insectos también entendieron lo mismo, la cubertería con sus pinchos y lados filosos solo habían sido construidos así para poder cumplir la labor para la que fueron creados.

Se instalaron en una interesante conversación en la que cada cual contaba su vida y experiencias y en minutos ya estaban haciendo migas, platicaban reían y a veces de cuando en cuando se carcajeaban y algunos se daban tiernos abrazos.

Ambos ejércitos capitularon y depusieron las armas, si es que alguna vez las hubo, y en el relajamiento de la situación todo pasó a ser guasa y regocijo; entonces decidieron jugar entre todos y en la cocina la cubertería se aprestó a sus funciones y dejó que las nenas preparan una comida deliciosa para todos los integrantes de la familia, infortunadamente aunque llamaron  al a señora Pay indicándole que todo se había solucionado y que ahora los cubiertos estaban a su entera disposición al enterarse que de aquí en adelante debía convivir con los insectos, declinó la invitación y nunca más regresó a trabajar para la familia. _!Qué lástima, con los fabulosos Pies que hacia¡_ dijeron las al unísono las niñas.


Mas tarde, mientras toda la cubertería se daba un fabuloso y necesario baño de burbujas en el lava vajillas las nenas y los insectos remontaron por el cielo en una batalla amigable entre las nubes, los insectos no tenían problemas para éstos menesteres y las niñas se montaron en unas hermosas papirolas en forma de paloma que el buen Ambrosio, el jardinero,  les confeccionó las cuales milagrosamente, como todo lo que en este hogar ocurría, volaban.

Yolanda de la Colina Flores
22 de septiembre del 2015

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sábado, 20 de febrero de 2016

REBELIÓN CULINARIA Capítulo 7 (UN CUENTO DE CELEBRACIÓN DE LA AMISTAD)



Capítulo 7

Las nenas no lloran

Como siempre en estos casos Tati era la primera en llegar a socorrer al caído, tomó la cebollita y la colocó sobre una superficie de madera y empezó a estudiar la gravedad de la cortada, con tristeza vio que de la cebollita emanaban gran cantidad de jugos, Vale estaba tranquila porque no creía que existiera en todo el mundo nadie mejor que su hermana para reparar la cortadura, pero esta vez se equivocaba Tati no tenía ni la menor idea de cómo ayudar a contener la salida de los jugos de la pequeña allium cepa, además había otro problema, el compuesto azufrado de dichos jugos, el famoso sulfuro de alilo, empezaba a hacer sus efectos en toda la concurrencia que se arremolinaba alrededor de la mesa sobre la cual Tati había posado la tabla de madera en la que había recostado a la cebolla, empezaron a moquear y después irremediablemente a llorar, por lo que Vale tuvo que retirar a la desintegrada tropa a lugares más alejados de la mesa de operaciones.

Tati pensaba y repensaba como cubrir ese corte, era una especie de tela, pero sabía que en este caso el engrudo y los pañuelitos desechables de fino papel no servirían para nada, la textura de la piel de la cebollina era tan lisa y a la vez porosita que ninguno de los recortes de tela y géneros que su madre les había regalado para hacerles vestidos a las muñecas funcionaría.
De pronto uno de los insectos se posó sobre la mesa, no supieron como llegó ahí porque no lo vieron sobrevolar ni acercarse al lugar, de repente estaba ahí, parecía haber emergido de la nada, era un insectos similar al llamado insecto de palo, corteza u hoja, que caminaba con un aire pausado y sosegado, como en cámara lenta. Tati entendió porque no lo habían visto aproximarse ya que estos insectos son especialistas en camuflaje. No pensaron ni por un momento en que podía resultar peligroso, más bien sentían que su presencia era necesaria y se sentían aliviados con ella.

Efectivamente el insecto resultó ser de gran ayuda para salvar a la cebollita, empezó a tomar de su propio cuerpo pequeños trozos de su corteza los cuales pedía a  la nena mojara en el fluido que había salido de la pequeña cebolla, Tati así lo hizo y con ello iba cubriendo poco a poco la herida de la enferma. Milagrosamente esta iba cicatrizando de inmediato, y lentamente la cebollina recuperaba su color original, hasta que finalmente abrió los ojos y esbozó una pequeña y tímida sonrisa.

Todos gritaron vítores y Tati abrazó al insecto que ahora ayudaba a bajar de la mesa a la pequeña cebolla, quien después montó en su lomo y se paseaba majestuosa por todos los lugares de la cocina, aunque el viaje era lento, ella iba encantada.

Los insectos salieron entonces de su escondrijo, y entonces las gemelas pudieron ver, que no eran para nada terribles e incluso sus rostros parecían afables y amigables, aunque de esto aún no estaban seguras, de algo si tenían certeza, el denominado batallón de insectos por la cubertería, no llegaba ni a ser un pelotón. Su grupo estaba compuesto por sólo siete integrantes. 

Yolanda de la Colina Flores
22 de septiembre del 2015

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viernes, 19 de febrero de 2016

REBELIÓN CULINARIA Capítulo 6 (UN CUENTO DE CELEBRACIÓN DE LA AMISTAD)




Capítulo 6

Culinaria contienda

Vale, no se detuvo a pensar en las intenciones del insecto, de inmediato arremetió contra él para proteger a su hermana y él coleóptero emprendió de nuevo el vuelo para ponerse a buen resguardo. A partir de ahí todo fue como una vorágine de acontecimientos. Toda la cubertería arremetió de lleno hacia los escondrijos dónde sabían estaban agazapados los insectos, los perseguían por doquier, ponían en práctica todas las tácticas y estrategias que en el improvisado campo de entrenamiento habían ensayado, era una estrategia militar en toda regla.

Las nenas se habían encargado del correcto planteamiento y dirección de sus campañas bélicas, así como del movimiento y disposición estratégica de sus “fuerzas armadas” , ellas como perfectas estrategas trataban de explotar cada situación en su provecho, según lo exigían las circunstancias. En una escala minúscula conseguían aplicar las tres facetas del arte de la guerra: dirigir sus tropas en el teatro de operaciones hasta llevarlas a cabo en el campo de batalla, la correcta ejecución de los planes militares y maniobras que sería la táctica militar y mantener al ejército asegurando su disponibilidad y capacidad combativa, que sería la logística militar.  En fin, era un cuasi ejército que mantenía en equilibrio, la táctica y estrategia.

Sin embargo su enemigo utilizaba otro ardid de guerra que ellas, principalmente por su edad, no dominaban, la estratagema en donde hay que tener un dominio muy claro del empleo de la astucia, el fingimiento,  el engaño artificioso, la destreza en el empleo del ingenio y el cálculo, todos éstos puestos correctamente en práctica y acción siempre han servido para engañar al enemigo y colocarlo en una posición tan difícil o crítica que irremediablemente produzca su rendición.

Los bichos se movían de tal manera que parecía que eran más de los que realmente eran en realidad, las nenas y su pequeño ejército  no lograban asestarles ni un solo golpe de consecuencias siquiera aceptables, eran mucho más rápidos de que ellas y su seguidores, cuando creían que ya los tenían dominados levantaban el vuelo y desaparecían. Realizaban  una serie de movimientos que más bien parecían de algún juego que de una batalla en regla, si no fuera porque Tati estaba muy ocupada tratando de asestar algún golpe, casi hubiera asegurado que la última formación había realizado era una perfecta formación escopeta de futball americano donde uno de los insectos había sido lanzado cual balón. Desgraciadamente se movían con tal rapidez, que no alcanzaba a dilucidad cuántos insectos les estaban atacando. ¿Atacando era la palabra correcta?, más parecía que estaban jugando con ellas y su improvisado ejército; podríamos agregar si vamos a ser sinceros, que también parecía que se estaban divirtiendo de lo lindo.


En todas estas trifulcas, siempre ocurren desaguisados, por un lado y por otro, y todas las verduras, legumbres y alimentos que participan y formaban parte de ella, ponían su mejor empeño en realizar las tareas que les habían sido asignadas, pero a veces estos seres que tienen otras encomiendas en su haber, están con la mente en dos lugares a la vez y en el caso que nos ocupa, una cebollita muy aguerrida por cierto y que en otras ocasiones era muy buena multiplexando, en esta ocasión no podía sacar de su cabeza cómo sabría si la confitaban en un buen aceite de oliva, le devana los sesos la cuestión y por estar ahí, pensando quien sabe que tantos pensamientos, se atravesó en el camino de un cuchillo chuletero y aunque éste trató de esquivarla le asestó sin querer un terrible tajo.

Yolanda de la Colina Flores
22 de septiembre del 2015

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jueves, 18 de febrero de 2016

REBELIÓN CULINARIA Capítulo 5 (UN CUENTO DE CELEBRACIÓN DE LA AMISTAD)



Capítulo 5

La valerosa espadachín

Toda la comitiva quedo en silencio, no sabían cual sería el desenlace de tal situación, el casca huevos se había quedado callado con una tristeza infinita en el rostro, nadie se atrevía a decir la primera frase u oración, la cocina parecía vacía, incluso los insectos se habían retirado a sus escondrijos, parecían respetar el momento por el que atravesaban sus contrincantes.

Finalmente Vale dijo las primeras palabras: -Bueno, creo que en algo estaremos todos de acuerdo, en todo este accidente, porque creo que podemos llamarlo así, no hubo una mala intención, el propósito del antiguo casca huevos fue ayudarnos, lo mismo que el de Brittle, ambos sólo pretendían hacer algo positivo y sin querer, uno se puso en peligro y el otro por desconocimiento hizo algo que terminó en un desastre, ¿no lo crees así Tati?-

Tati tardó un rato en contestar, respiró profundo y contestó la pregunta que su hermana le hacía, pero mientras iba hablando se dirigía a cada uno de los escuchas, sus palabras fueron estas: - Si estoy de acuerdo en que fue un accidente, pero en ello, nosotras tuvimos la culpa, afortunadamente ya está todo solucionado y Brittle va en franca recuperación, lo positivo de esto es que a nosotros nos deja un gran lección, primero aprendimos a que nunca se debe dejar a nadie de lado, todo integrante de un lugar es importante y en cualquier acción a realizar se le debe tomar en cuenta, siempre habrá algo que pueda realizar, por pequeño o antiguo que parezca, la segunda lección es que cada ser tiene una naturaleza propia o instinto y para que este sea empleado en el bien común se le debe dejar que la utilice en estos propósitos. A nadie se le debe minimizar ni relegar.

Yo por ejemplo prometo usar el casca óvolos cada vez que tenga que cascar un huevo, y hablo de sólo tronchar a uno de esos huevos de los que su misión es alimentarnos y están contentos  de ello y no lo hago por darle un uso así nada más, sino porque no lo hago de la manera adecuada y cuando ayuda a mamá a hacer una tortilla francesa o un pastel siempre ando dejando regados trozos de cascarón en las mezclas.-

-Tienes razón- aseveró Vale –yo prometo nunca dejar de lado a nadie que me ofrezca su ayuda, por pequeña que ésta parezca-. Todos los ahí presentes estuvieron de acuerdo y de inmediato procedieron a integrar dentro del ejército al aliviado casca huevos. Le asignaron la tarea de brincar y de atrapar entre sus poderosos dientes a cualquier insecto que se le pusiera enfrente, porque aunque ustedes no lo crean, aunque él era muy antiguo, aún tenía una asombrosa agilidad.

Después se dedicaron a buscar en gavetas, alacenas y armarios, todo cubierto que se encontraran al paso y cada uno lo fueron asignando nuevas tareas, el cortador de pizzas se integró como rebanador oficial, la cuchara para spaguettis era un gran atemorizador,  el cucharón para helados, y el saca bocados, servían de lanzadores de objetos, al pelador ajos de ajos aunque no era de acero inoxidable lo integraron a la acción por si era necesario desvestir a alguien y así poder ellos camuflarse. Así continuaron por horas integrando a cada utensilio por extraño que pareciera y así se fueron integrando, moldes de galletas, duyas, cucharas y tazas de medir, cedazos, coladores, embudos, exprimidores de naranjas y limones,  las ollas cazuelas, sartenes y demás utensilios para cocinar en ellos como refractarios y moldes decidieron hacer una barricada para que el enemigo no escapase, en fin se asignaron un sin fin de tareas a realizar hasta que no quedó ni un solo utensilio sin una misión a realizar.


Estaban todos muy tranquilos, contentos y un tanto despreocupados, tanto que no se dieron cuenta que un insecto en forma de libélula bajaba en vuelo franco hacia ellos, todos se descompusieron ante el ataque inesperado y tardaron unos segundos en reaccionar; bueno, todos no, Tati de inmediato se plantó ante él blandiendo un palillo para botanas con forma de espada, pero el insecto no pareció atacarla, más bien parecía indicar lo contrario y se posó sobre la mano de Tati que le quedaba libre.

Yolanda de la Colina Flores
22 de septiembre del 2015

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