La princesa Pitonisa,
es por cierto muy chiquita,
junto a todas las princesas,
ella es la más pequeñita.
Sin embargo puede ver,
lejos, muy lejos, muy lejos.
Puede ver el porvenir
y lo que ha de suceder.
Puede ver hasta mañana
y también el día siguiente,
los suele visualizar,
como si fuera el presente.
El lunes ve lo del martes,
y el martes desvela el miércoles,
el miércoles vislumbra el jueves,
y en el jueves mira al viernes.
Los viernes maravillosos,
le develan las minucias,
del sábado venidero
y descansa los domingos.
Y puede leerte cartas
y los pozos del café,
de los pies te lee las palmas
y también las de las manos.
Pero, no todo le es dado,
pues se lía con los datos,
quizás padezca dislexia
y tal vez tenga dislalia.
Con tantas fechas se enreda
y solita se confunde,
se le embrollan tantas cosas
y todo se le vuelve un caos.
Entonces mezcla los datos,
los apellidos y fechas
y confundiendo los nombres,
los pronósticos varían.
Como es muy pequeñita,
cuando va leer las cartas,
se sube arriba de ellas,
y se pone a analizarlas.
Pero su mente divaga
y confunde sin querer,
las picas con corazones
y los diamantes con tréboles.
Así que en temas de amor,
de la riqueza o la suerte,
la pequeña pitonisa,
siempre se ha de equivocar.
Entonces la moraleja,
muy sencilla es de aplicar,
es cierto que en esta vida,
no todo se te ha de dar.
Yolanda de la Colina Flores
19 de noviembre del 2011
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