Princesita singular,
es sin duda esta criatura,
tiene por nombre Mirall,
que quiere decir espejo.
A todos logra encantar,
su figura sin igual
y esto no es de asombrar,
pues miran su mismo reflejo.
Nadie le puede ocultar,
sus recónditos secretos,
pues si la miran a ella,
queda todo al descubierto.
Siempre recibe sonrisas,
mil halagos por doquier
y ella siempre les devuelve,
lo mismo que le han de dar.
Y aunque aún es muy pequeña
y muy poco suele hablar,
sus padres ya la han nombrado
Ministra de Relaciones.
Y no necesita hablar,
porque bien lo dice el cuento,
valen menos mil palabras,
que una imagen en reflejo.
Yolanda de la Colina Flores
24 de noviembre del 2011
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