Por supuesto a mi hombre en su día.
Yo no intento demostrar,
lo que yo tengo muy claro,
mi hombre es el mejor,
de todo el contexto humano.
El es como todo hombre,
varón de una edad incierta
y prodiga como muchos
tesón, ternura y firmeza.
Cual buena definición,
también posee el honor,
en sus actos hay valor,
aliñados con pasión.
Y es un caballero armado,
con mil armas invisibles,
que roban mi corazón
y me atrapan los sentidos.
También es hombre de luna,
seglar de licantropía
y en noches de plenilunio,
me devora entre los linos.
Su serenidad me transporta,
cual princesa hipnotizada
y después me lleva en trance,
a lugares bendecidos.
Yo adoro estar a su lado,
pues también sabe apartar,
la tan mal llamada hombría,
poniéndose en mi lugar.
Y hace todas las labores,
que otros creen son de mujeres,
y él a mi lado trajina,
como si fuera yo misma.
Yo me acurruco en su pecho,
y con ternura le asesto,
mil y un flechazos de amor,
para tenerlo bien preso.
Ni mil versos contarían,
lo que él es para mi,
pero como hoy es su día,
algo tengo que decir.
Supongo que otras mujeres,
dirán que su hombre es mejor,
pero a mi me importa el mío
y esto es quid de la cuestión.
Yolanda de la Colina Flores
19 de noviembre del 2011
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