Deletrea de Eritrea,
lee todo lo que encuentra,
una hermosa poesía,
o una trágica novela.
Lectora es también de cuentos,
de ensayos, filosofía,
lo que se pone a su paso,
ella lo toma y lo mira.
En el salón de belleza,
revistas de cotilleo,
y cuando va al restaurante,
las cartas lee por completo.
Amante como es de letras,
también le gusta escribir,
se pasa horas enteras,
narrando su biografía.
Ha escrito ya veinte tomos,
que tienen quinientas hojas,
reseñando sus andanzas,
en sus sólo siete añitos.
Y sueña que ella transcribe,
cada instante de su vida,
y ella los va dividiendo,
en capítulos con título.
Siempre se expresa con rimas,
cuando habla lo hace en verso,
y tiene un léxico excelso,
envidia del orbe entero.
Se ha aprendido el diccionario,
al derecho y al revés
y lo puede deletrear,
de la cabeza a los pies.
En todos los otros reinos,
dicen que es afortunada
y ella los mira enfadada,
sin decir ni una palabra.
Pero en sus adentros piensa:
¡Vaya bola de pelmazos,
pues va resultar que ahora,
al saber le llaman suerte!
Yolanda de la Colina Flores
25 de noviembre del 2011
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