Esta hada princesita
tiene
un nombre muy extraño,
difícil
de pronunciar
mucho
más de recordar.
Respetaremos su nombre
que
por cierto es muy antiguo,
aunque
yo prefiero el griego
pues
ellos le llaman Silfos.
Como habrás de imaginar
su
origen nórdico es
controla
el vaivén de los aires
y
el rugido de los vientos.
Más sucede que los vientos
son
muy temperamentales
a
veces se descontrolan
creando
grandes tempestades.
Los estragos que provocan
los
va arreglando esta hada,
poco
a poco y con paciencia
va
limpiando y restaurando.
Ella está constituida
por
aire y rayos de luz,
es
prácticamente ingrávida
y
un gran navegante es.
Dicen quienes ya la han visto
que
va en un gajito de luna,
y
cual buena gondolera
se
desplaza sobre el agua.
También pasea por el cielo
en
canales invisibles,
que
cómo ríos contienen
todos
los vientos del mundo.
Es muy difícil mirarla
pues
translucida ella es,
en
las noches estrelladas
hay
que fijarse muy bien.
Pues su piel suave refleja
destellos
de las estrellas,
como
polvo de diamantes
su
blanca faz resplandece.
Pero ten mucho cuidado
pues
como hija de los vientos,
tiene
reacciones volubles
y
el carácter disparejo.
Si
te logra detectar,
muy
bien te puede mecer
en
tierno y suave vaivén,
o
te manda a volar lejos.
Por ello no olvides jamás
este
dicho singular,
que
es dicho por las abuelas
y
también por las mamás:
De las personas volubles
te
tienes bien que cuidar,
un
día desbordan saludos
y
otro ni un saludo dan.
Yolanda de la Colina Flores
28
de septiembre del 2012
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