Capítulo 13

El recital de abril

Les Fleurs se encontraban listas para celebrar su recital con el fin de llevar su mensaje personal y grupal a quien quisiera escucharlo y ver si de alguna manera podían con ello despertar esos mensajes que los demás llevaban dentro de sí, buscando en su interior. Todo estaba dispuesto cuando de pronto llegó una flor que hacía tiempo no aparecía, la pequeña Fleur de Rommier le llamó: -¡Eh Fluer…..!- pero sus palabras fueron acalladas por esta flor quien le dijo: -No me llames por mi nombre ya ves ahora soy Le Fleur du Cactus, ya sabes que yo cambio de apariencia según a donde vaya, he venido para que la modista me haga este maravilloso disfraz que me servirá para una presentación que tengo en el desierto de Arizona, así que no podré participar con ustedes en el recital.- –No hay problema- le dijo Rosalinde, -por lo menos quédate a escucharnos y tómate la foto con todas nosotras, ¿estás de acuerdo?- Le Fleur du Cactus aceptó y posó con una amplia sonrisa ante el fotógrafo.

Todo mundo estaba expectante del recital y aunque ya se había recogido el desplegado telón improvisado de enredaderas y ya empezaban las primeras notas de la música, algunos de los invitados cuchicheaban, de pronto en cuanto aparecieron las voces, todo mundo guardó silencio como si hubiese rondado por ahí una criatura celestial provocando un hechizo sobre los asistentes, poco a poco el recinto se inundó de un abanico de voces dulces y suaves como la miel, no se movía nada y los sentidos de los oyentes estaban todos atentos. Las notas de La Primavera de Vivaldi en la voz a capela de Les Fleurs, eran vibrantes y parecían trepar entre las ramas para por fin subirse y cabalgar en las eternas ondulaciones del viento he irse en un periplo infinito.

Y mientras fluían las notas en ese maravilloso recital de abril, bajo la presencia de un ser poderoso que parecía ser un enorme ojo que les observaba cuidándoles y protegiéndoles, Rosalinde por fin pudo contestar la pregunta que durante mucho tiempo guardaba dentro de sí y mirando al cielo se dijo: -¿Qué maravilloso compositor ha escrito estas melodías tomando nuestro corazón cual pentagrama? Este no puede ser otro más que Tú, nuestro inconmensurable y amado Creador.-

Yolanda de la Colina Flores

23 de abril del 2013