Puedo
volar con mis ojos,
a
inesperados lugares
y
crear a mis antojos,
los
parajes más geniales.
Porque
a través de los velos
de
mis párpados cerrados,
visualizo mis empeños
que
jamás serán anclados.
En
redes de mis pestañas
circunscribo
alguno sueños,
congojas
ahí atrapadas
me
bañan en sortilegio.
Pues
mirar no siempre es ver
como
intuir no es saber,
ni
el pretender es creer
que
siempre logras trasver.
Si
la ventana del alma
son
los ojos en desvelo,
entonces
veo con encalma
lo
que me marca el anhelo.
Yolanda
de la Colina Flores
20
de octubre del 2016
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