Cual rara flor de loto,
o acuática singular,
con sal yo me remojo,
como la espuma al flotar.
Mediterráneo salado,
inúndame con tu oleaje
y tenme siempre a tu lado,
sin realizar ni un viraje.
Con esta cálida ducha,
empapa mi alma y mi vida,
pues has calmado la lucha,
cual bella alfombra mullida.
Que llegue tu irrigación,
a lo hondo de mis sentidos
y luego por aspersión
transfórmame en tus fluidos.
Yolanda de la Colina Flores
8 de noviembre del 2016
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