Ella de nuevo aparece
con la madurez de las mieses,
es el cálido verano,
donde todo reverdece.
Serenidad en el cielo
el estío hecho anhelo,
las bellas noches templadas
las espigas recargadas.
Donde los días son más largos
y las noches son más cortas,
donde hay musgo y algunos hongos
y en la arbolada te acuestas.
En el norte ella es boreal
y en el sur se vuelve austral,
depende del hemisferio
que le toque visitar.
Su símbolo es el trébol
y azada de muchas puntas,
enredadera, arrebol,
la hoz, los granos, las frutas.
¡Ay sapo, sapo, sapiente,
cuéntale al mundo y que cante!:
“Que es este junio brillante,
el que da un año abundante”.
Yolanda de la Colina Flores
2 de agosto del 2014
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