De aleación de estaño y cobre,
como el hierro impenetrable,
esta aleación es el bronce
férreo elemento de orfebres.
Cual formales esculturas
los fabrica esta creatura,
poderosos como escudos
que portaban caballeros.
Este caldero en cuestión
es mágico cual Merlín,
pues canta como un gorrión
con un hechizo sin fin.
Resiste los fuertes roces,
la terrible corrosión
y emite muy buenas voces
cuando lo hacen saxofón.
Puede convertirse en cuerdas
en campanas y hasta gongs,
y canta con bellas arpas,
con pianos y guitarrón.
A los zorros de esta nena,
les encanta el vacilón
y con el caldero organizan,
halloween de reventón.
Desde aquí a la batahola,
entre aleación de metales,
en fragua, forja y taller
hasta el amanecer.
Un metal que hay que fundir,
un diseño a refulgir,
un caldero o un perol
¡y a batir, sin discusión!
¡Chip, chep, calderito hirviente!
lo dijo un inteligente:
“Bebe caldo, bien caliente
y vivirás largamente”.
Yolanda de la Colina Flores
10 de agosto del 2014
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