Santuario llevan por nombre
esta hechicera y dragón,
muy europeos ellos son
pues vienen de esa región.
Nace de un huevo violáceo
valioso cual amatista,
lo hereda de un hechicero
que con él hace ambrosía.
Siempre pequeño será
pero no es inofensivo,
si lo ponen a rabiar
con su cola atacará.
Pues tiene un raro aguijón
en la punta de su cola,
al igual que un escorpión
si te pica te envenena.
Su precavida hechicera
le ha cubierto el aguijón,
con unas perlas violáceas
y así no habrá picotón.
En báculo gusta pasear,
cuando no quiere volar
y su ingeniosa hechicera
en él le ha hecho un lugar.
Cuando el desea volar
ella se vuelve pequeña,
así la bella hechicera
con gran destreza se apea.
Luego se van a viajar
entre bosques que son densos,
nadie los puede mirar
por eso vuelan contentos.
Desde aquí hasta baraúnda,
arriba de nubarrones,
sobrevolando volcanes,
sorteando los vendavales.
Minutos para arribar
toda la noche a vagar,
minutos para tornar
¡cabalgo en dragón y upa!
El ábrego viento a dicho,
y el mar repite que es cierto:
“Si hay agua después del viento
tu barco andará contento”.
Yolanda de la Colina Flores
10 de agosto del 2014
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