Les llaman corazón tierno
y eso exactamente son;
y aunque sean tan parecidos
diferentes ellos son.
El nombre que esta hechicera
con su grandioso dragón,
les queda del todo ad-hoc
pues esa es su naturaleza.
El es grande y majestuoso
ella dulce y diminuta,
el es verde y escamoso
ella suave y blanquecina.
Sin embargo arman un dúo
en completa conjunción,
pues ella no pesa mucho
y eso le encanta al dragón.
Pues no le agrada sentir
ningún peso sobre el lomo,
cuando siente algún estorbo
sus alas empieza a batir.
Les gusta planear en cielos,
por arriba de los lagos
y ella le alaba sus vuelos
con besos tiernos y halagos.
Posee vista excepcional
como lupa sin igual,
nunca pierde a su hechicera
aunque ande entre malezas.
Es su guardián protector
y también su talismán,
pues él le da buena suerte
y la cuida con amor.
Desde aquí hasta baraúnda,
arriba de nubarrones,
sobrevolando volcanes,
sorteando los vendavales.
Minutos para arribar
toda la noche a vagar,
minutos para tornar
¡cabalgo en dragón y upa!
El viento libio te canta,
con una hermosa balada:
“Si observas nubes barbadas
habrá viento a carretadas”.
Yolanda de la Colina Flores
10 de agosto del 2014
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