Es valiente esta hechicera
de nombre aviadora verde,
no es que este sea su color
pero si el de su dragón.
Estos verdosos dragones,
de rara raza e ingenio,
algunos tienen mal genio
y otros son encantadores.
Y es verdad que ellos verdes
pero sus escamas tienen
tonos muy tornasolados
que cambian con los reflejos.
Habitan en bosques frondosos
o en cuevas muy oscuras,
tienen garras como garfios
que te pinchan como agujas.
Por eso es que su hechicera,
se las corta cada mes
y así evita las rasgaduras,
que ellos pueden hacer.
De preciosos huevos verdes,
ellos nacen como ves
y aunque nacen pequeñitos
crecen con gran rapidez.
No son una raza fuerte
pero son inteligentes,
son veloces cual serpientes,
y bien muerden con sus dientes.
Ella los cuida e instruye,
siempre asisten a sus clases
y sobre las nubes mas densas
vuelan con grácil presteza.
Desde aquí hasta baraúnda,
arriba de nubarrones,
sobrevolando volcanes,
sorteando los vendavales.
Minutos para arribar
toda la noche a vagar,
minutos para tornar
¡cabalgo en dragón y upa!
Lo dijo el rápido céfiro,
y la verdad, es muy cierto:
“Mientras no aparezca un viento,
jamás existe el mal tiempo”.
Yolanda de la Colina Flores
10 de agosto del 2014
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