Esta hechicera y dragón
poseen un bello nombre,
se llaman luz de poesía
y hacen honor a su nombre.
Este dragón majestuoso,
es un excelente poeta
y la niña cual reflejo,
también se aplica en el tema.
Y se afinan en la rima,
en el ritmo y en la métrica
y también hacen estrofas,
donde domina la prosa.
En algunas de las bodas
declaman epitalamios,
cuando están en pie de guerra
recitan muy bien el peán.
Cuando derrochan ingenio,
hacen buenos epigramas
y la égloga
en desuso
a los pastores les brindan.
Ya han creado poemarios
y antologías de poemas,
pero hoy se han empeñado
en hacer una novela.
Se han cansado de los himnos
de las odas y elegías,
de los cantos taciturnos
y de las sátiras frías.
Por eso hoy han decidido,
lanzarse por ahí a volar
y con los ritmos del viento,
un buen relato crear.
Con su dragón pequeñito,
ellos se van a pasear
y con versos chiquiticos,
le van enseñando a rimar.
arriba de nubarrones,
sobrevolando volcanes,
sorteando los vendavales.
Minutos para arribar
toda la noche a vagar,
minutos para tornar
¡cabalgo en dragón y upa!
Cuenta el viento del levante:
“Que cuando un viento es solano,
malo será en el invierno,
pero peor en el
verano”.
Yolanda de la Colina Flores
10 de agosto del 2014
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