sábado, 22 de junio de 2013

LE SORELLE UCCELLO Capítulo 2 (Cuento de Verano)




Capítulo 2

Chiedere al Signor Corvo

Aunque en estos momentos reinaba a sus anchas el verano incomparable de la Toscana, un mal día, una tormenta seguida por un diluvio azotó la región y todos los vecinos se apresuraron a resguardarse en sus hogares, la lluvia no parecía dispuesta a parar y poco a poco todos los campos se fueron anegando de agua, la familia Uccello estaba más que inquieta y preocupada, al hogar habían regresado de sus paseos sólo tres de le sorelle Uccello, la sorella uovo di Cardellino no había retornado y aunque empezaba a amanecer la lluvia torrencial no cedía.

Los padres en unión de los vecinos y autoridades iniciaron búsquedas por toda la región y sus hermanas recorrían uno a uno los lugares por donde sabían que su hermana solía pasear, por todos ellos habían pasado revisándolos de manera concienzuda, pero al parecer en ninguno de ellos había permanecido con el fin de guarecerse de la tremenda lluvia.

Todos estaban muy tristes y consternados especialmente la Signora Uccello quien después de varios días infructuosos de búsqueda cayó postrada en cama con una depresión profunda, dentro de su congoja, hizo esfuerzos para llamar a la figlia Passero quien era la más seria y centrada de las hermanas, tal vez por su propia morfología ya que a diferencia de sus hermanas esta no afectaba su cabeza. Ella acudió de inmediato al lado de su madre y ahí a su lado alcanzó a escuchar la súplica que ésta entre sollozos y con voz tenue le hacía: -Perqué non si debe veder il Signor Corvo? Il mio cuore mi dice que che il sa qualcosa.-  La sorella Passero le respondió con dulce voz: -Non ti preoccupare mamma, farò quello che mi chiedi.-

Y es así como la sorella Passero va a dirigir su búsqueda hacia la casa del Signor Corvo. Iba porque su madre se lo había solicitado, no sin cierto miedo porque este ser le resultaba un tanto oscuro y taciturno, no le provocaba ninguna confianza y recordaba que cuando éste había asistido a las presentaciones de ella y sus hermanas la mirada que sobre ellas posaba no le era para nada agradable. Aunque su corazón latía a mil por hora, procuró en la medida de lo posible calmarse y poner todos sus sentidos en la entrevista que tendría con este extraño ser.

Comenzaba a oscurecer y aunque esto le hacía sentirse aún más amedrentada, no cejó y con paso firme apresuró el paso. La casa del Signor Corvo era bella, desde afuera se podía apreciar un hermoso jardín adornado con velas de exquisito gusto,  aunque ella jamás había estado dentro, no le eran ajenos los comentarios que todos los vecinos cuchicheaban por ahí, se decía que la casa estaba repleta de obras de arte tanto en mobiliario como en todos los accesorios, cuadros y alfombras que adornaban la casa, se rumoreaba también que adoraba la ópera y siempre se escuchaba este tipo de música al acercarse a su casa.  Había también circulado por ahí una historia en la que se aseguraba que  el Signor Corvo había pertenecido al grupo de selectores de talentos de La Scala de Milán.

La sorella Passero hizo sonar la pequeña campanilla que se encontraba al dintel de la férrea verja que daba acceso a la preciosa casa y en menos de un pestañeo el Signor Corvo estaba al otro lado de la verja frente a ella. Con voz ronca le preguntó: - Che fa qui, bella ragazza?-  Ella después de tragar saliva, con su dulce voz alcanzó a musitar: -Posso parlare con lei, signor Corvo?- El señor cuervo asintió y a la sorella Passero le pareció ver en su rostro un enigmática sonrisa.

Le invitó a pasar y la chiquilla no pudo menos que comprobar que casi todo lo que decían sobre el extraño señor era cierto, lo único que no coincidía era lo que se refería a la música, no la había escuchado, ni cuando estaba en sus cercanías, ni ahora que se encontraba dentro, en la casa reinaba un extraño silencio. Atravesaron toda la edificación de una sola planta hasta llegar finalmente a un maravilloso jardín interior donde se encontraba un pequeño chill out que el Signor Corvo se había instalado en aquel placentero lugar. Le invitó a sentarse y a tomar una copa de chianti la cual gentilmente declinó y al momento apreció en el Signor Corvo un cierto gesto de desagrado.

La sorella Pasero, siempre de pié, le comentó lo que acontecía con su hermana, y de las infructuosas búsquedas. Sin saber cómo ni porqué, de pronto se encontraba diciendo que como era por todos conocido en la región él era un personaje importante y quizás alguien le había comentado algo acerca de ella, que su desaparición había ocurrido aquel día tormentoso y que se encontraban angustiados por su desaparición, sobre todo su madre que ahora se encontraba en su lecho mal y decaída ante esta situación.

El Signor Corvo no le respondió, se limitó a presionar un botón y de improviso una música conocida por la sorella Passero inundaba el lugar, era la famosa aria llamada Vedrò con mio diletto de la ópera Il Giustino de Vivaldi, el dijo con una mirada penetrante: -È può cantare questa aria per me? sembra essere fatto apposta per te-. Ella ocultando si indignación le contestó: -Non posso signore corvo, si prega di rispondere alla mia domanda, È sa qualcosa de la mia sorella?- 

Otra vez sin contestar el Signor Corvo le preguntó si alguien sabía que ella había ido a visitarle, ella respondió que todo el pueblo lo sabía y que esperaban con ansia su regreso, dicho esto, de improviso el señor cuervo se levantó de su asiento y con actitud ofendida y molesta le respondió:  -Impossibile, non so nulla di tua sorella e non lo sai che odio la pioggia?- La verdad era que el señor cuervo no solo odiaba la lluvia, más bien podríamos afirmar que odiaba casi todo tipo de agua, solo consentía la absolutamente necesaria para bañarse porque para beber el tenía el chianti.

Ella respondió con voz triste: -Non so signor Corvo, mi dispiace di averti disturbato, buona notte- El le respondió: -Buona notte bella ragazza, fortuna nella tua ricerca.- La sorella passero se dispuso a abandonar aquella casa y aceptó los deseos del señor cuervo, esperando de verdad tener suerte el la búsqueda de su hermana, pero aún ante estos buenos deseos ella pudo de nuevo visualizar con el rabillo de su ojo aquella rara sonrisa que aparecía de nuevo en la cara del extraño ser.

Yolanda de la Colina Flores
 Verano del 2013





Capítol 2

Chiedere al Signor Corvo

Encara que en aquests moments regnava a ple l'estiu incomparable de la Toscana, un mal dia, una tempesta seguida per un diluvi va assotar la regió i tots els veïns es van apressar a protegir-se en les seves llars, la pluja no semblava disposada a parar i a poc a poc tots els camps van ser inundats d'aigua, la família Uccello estava més que inquieta i preocupada, a la llar havien tornat dels seus passejos només tres de le sorelle Uccello, la sorella uovo di Cardellino no havia retornat i encara que començava a clarejar la pluja torrencial no cedia.

Els pares en unió dels veïns i autoritats van iniciar recerques per tota la regió i les seves germanes recorrien un a un els llocs per on sabien que la seva germana solia passejar, per tots ells havien passat revisant-los a consciència, però pel que sembla en cap d'ells havia romandre amb la finalitat d'aixoplugar-se de la tremenda pluja.

Tots estaven molt tristos i consternats, especialment la Signora Uccello qui després de diversos dies infructuosos de recerca va caure prostrada en llit amb una depressió profunda, dins de la seva angoixa, va fer esforços per cridar a la seva figlia Passero qui era la més seriosa i centrada de les germanes, tal vegada per la seva pròpia morfologia ja que a diferència de les seves germanes aquesta no afectava el seu cap. Ella va acudir immediatament al costat de la seva mare i aquí al seu costat va aconseguir escoltar la súplica que aquesta entre sanglots i amb veu tènue li deia: -Perqué non si debe veder il Signor Corvo? Il mio cuore mi dice que che il sa qualcosa.-  La sorella Passero li va respondre amb dolça veu: -Non ti preoccupare mamma, farò quello che mi chiedi.-

I és així com la sorella Passero va dirigir la seva recerca cap a la casa del Signor Corvo. Anava perquè la seva mare l'hi havia sol·licitat, no sense certa por perquè aquest ser li resultava una miqueta fosc i taciturn, no li provocava cap confiança i recordava que quan aquest havia assistit a les presentacions d'ella i les seves germanes la mirada que sobre elles posava no li era per res agradable. Encara que el seu cor bategava a mil per hora, va procurar en la mesura del possible calmar-se i posar tots els seus sentits en l'entrevista que tindria amb aquest estrany ésser.

Començava a enfosquir i encara que això li feia sentir-se encara més acoquinada,  no va tenir por i amb pas ferm va alleugerar el pas. La casa del Signor Corvo era bonica, des de fora es podia apreciar un bonic jardí adornat amb veles d'exquisit gust, encara que ella mai havia estat dins, no li eren aliens els comentaris que tots els veïns xiuxiuejaven per aquí, es deia que la casa estava repleta d'obres d'art tant en mobiliari com en tots els accessoris, quadres i catifes que adornaven la casa, es deia també que adorava l'òpera i sempre s'escoltava aquest tipus de música en apropar-se a la seva casa. Hi havia també circulat per aquí una història en la qual s'assegurava que el Signor Corvo havia pertangut al grup de seleccionadors de talents de la Scala de Milà.

La sorella Passero va fer sonar la petita campaneta que es trobava a la llinda del ferri reixat que donava accés a la preciosa casa i en menys d'un parpelleig el Signor Corvo estava a l'altre costat del reixat enfront d'ella. Amb veu ronca li va preguntar: -Che fa qui, bella ragazza?- Ella després d'empassar saliva, amb la seva dolça veu va aconseguir a mussitar: -Posso parlare con lei, signor Corvo?- El senyor corb va assentir i a la sorella Passero li va semblar veure en el seu rostre un enigmàtic somriure.

La va convidar a passar i la noia no va poder menys que comprovar que gairebé tot el que deien sobre l'estrany senyor era cert, l'única cosa que no coincidia era el que es referia a la música, no l'havia escoltat, ni quan estava en les seves rodalies, ni ara que es trobava dins, a la casa regnava un estrany silenci. Van travessar tota l'edificació d'una sola planta fins a arribar finalment a un meravellós jardí interior on es trobava un petit chill out que el Signor Corvo s'havia instal·lat en aquell plaent lloc. Li va convidar a asseure's i a prendre una copa de chianti la qual gentilment va declinar i al moment va apreciar en el Signor Corvo un cert gest de desgrat.

La sorella Pasero, sempre de vaig piular, li va comentar el que esdevenia amb la seva germana, i de les infructuoses recerques. Sense saber com ni perquè, de sobte es trobava dient que com era per tots conegut a la regió ell era un personatge important i potser algú li havia comentat alguna cosa sobre ella, que la seva desaparició havia ocorregut aquell dia de tempesta i que es trobaven angoixats per la seva desaparició, sobretot la seva mare que ara es trobava en el seu llit malament i decaiguda davant aquesta situació.

El Signor Corvo no li va respondre, es va limitar a pressionar un botó i d'improvís una música coneguda per la sorella Passero inundava el lloc, era la famosa ària denominada Vedrò con mio diletto de l'òpera Il Giustino de Vivaldi, el va dir amb una mirada penetrant: -È può cantare questa aria per me? sembra essere fatto apposta per te-. Ella ocultant la seva indignació li va contestar: -Non posso signore corvo, si prega di rispondere alla mia domanda, È sa qualcosa de la mia sorella?-

Una altra vegada sense contestar el Signor Corvo li va preguntar si algú sabia que ella havia anat a visitar-li, ella va respondre que tot el poble ho sabia i que esperaven amb ànsia el seu retorn, dit això, d'improvís el senyor corb es va aixecar del seu seient i amb actitud ofesa i molesta li va respondre: -Impossibile, non so nulla di tua sorella e non lo sai che odio la pioggia?-  La veritat era que el senyor corb no solament odiava la pluja, més aviat podríem afirmar que odiava gairebé tot tipus d'aigua, només consentia l'absolutament necessària per banyar-se perquè per beure el tenia el chianti.

Ella va respondre amb veu trista: -Non so signor Corvo, mi dispiace di averti disturbato, buona notte-  El li va respondre: -Buona notte bella ragazza, fortuna nella tua ricerca.- La sorella passero es va disposar a abandonar aquella casa i va acceptar els desitjos del senyor corb, esperant de debò tenir sort en la recerca de la seva germana, però encara davant aquests bons desitjos ella va poder de nou visualitzar aquell rar somriure que apareixia de nou en la cara de l'estrany ésser.

Yolanda de la Colina Flores
 Estiu del 2013
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