viernes, 12 de julio de 2013

LA HISTORIA DE SOLFEO



Había un mundo en penumbra,
falto de astros o cometas,
con flora fosforescente
que se nutría de la tierra.

Un día llegó a ese mundo
un niño que refulgía,
con la piel hecha de arena
del polvo de las estrellas.

Aterrizó cual meteoro
y toda la flora entera,
construyó una madriguera
para que el niño creciera.

En sus tiernos balbuceos
no emitía simples vocablos,
el se expresaba con notas
y musicales sonidos.

Cuando su nombre eligieron
para poderle nombrar,
nadie intentó cuestionar
porqué le llamaban Solfeo.

Y construía sinfonías
musicalizando todo,
y el mundo ahora danzaba
a su ritmo y a su entorno.

Era un creador consumado,
un luthier de nacimiento,
acariciando maderas
para extraer sus sonidos.

Un buen día descubrió
que el aire podía atrapar,
la aerofonía captó
y sus preciosos silbidos.

Elaboró un instrumento
que parecía una tuba,
corno, flauta o clarinete
o un saxo resplandeciente.

Le nació una sinfonía
y al cielo se la brindó,
y entrelazado en las notas
el sol ahí apareció.

Y se acabaron las brumas,
la oscuridad se ahuyentó,
también vinieron estrellas
y la luna ahí anidó.

Y es curioso que este niño
con el  nombre de Solfeo,
con sus notas y sonidos
nos entregó al sol más bello.

Yolanda de la Colina Flores
3 de marzo del 2013

Safe Creative #1307085399609

1 comentario:

Daniel Deniesse dijo...

Hermoso, realmente bella poesía.El estudio del solfeo ciertamente no resulta demasiado atractivo, e incluso tedioso.Pero de hecho,esa es la forma al menos hasta ahora, conocida de comunicación y lenguaje universal de la música.
P.D. Muchas veces me he preguntado; ¿porque no...SOL LINDO???