Como
su nombre lo dice,
esta
niña es de la mar,
ella
procede de Grecia,
y
en la playa adora estar.
Pues
ella ama el perfume,
que
proporciona la mar,
y
ese viento saladito,
que
el rostro le ha de besar.
Hace
versos y poemas,
que
luego suele guardar,
en
estuches de conchitas,
y
caracolas de mar.
Luego
llama a las gaviotas,
que
planean sobre la mar,
para
que lleven sus notas,
al
lugar que ha de indicar.
Las
gaviotas en sus alas,
van
portando sus palabras,
y
en lugar indicado,
los
entregan con cuidado.
Por
ello va por las playas,
buscando
sus caracolas,
y
va encontrando conchitas,
entre
guijarros y arenas.
Los
peces que la acompañan,
le
van ayudando a buscar,
y
van soplando la arena,
para
conchas desvelar.
Y
en los versos que ella escribe,
sólo
buenas nuevas da,
pues
el mundo hoy se exhibe,
por
malas noticias portar.
Como
sabe que en los mares,
millones
de conchas hay,
ella
las busca a conciencia,
para
esos mensajes llevar.
Porque
ya se sabe el dicho,
que
siempre le ha de encantar,
calma,
paz y un buen descanso,
las
buenas noticias dan.
Yolanda de la Colina Flores
15
de junio del 2012
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