Esta
graciosa princesa,
no
quiere dejar de hablar,
parla
y parla sin parar,
y
nadie la puede callar.
Mas
no son solo palabras,
lo
que ella se pone hablar,
ni
oraciones sin sentido,
lo
que le gusta charlar.
Son
historias principescas,
de
aventuras y de acción,
caballeros
en corceles
y
alguno que otro dragón.
Ella
es una cuenta cuentos,
pero
no por afición,
de
estirpe tiene el oficio,
la
princesa lo heredó.
Su
madre era regia cuentera,
por
supuesto la yaya también,
la
tatarabuela era excelsa,
la
bisagüe sacó un diez.
Hace
honor a su ascendencia,
y
no para de contar,
leyendas,
cuentos e historias,
lo
que se pueda narrar.
Y
busca su fuente en libros,
o
en narraciones orales,
pero
también ella inventa,
historias
para contar.
Los
peces que la circundan,
siempre
la van a escuchar,
con
cada historia que cuenta,
siempre
aplauden a rabiar.
Y
ella seguirá contando,
cuento
y cuento sin parar,
porque
se sabe un refrán
que
no suele ser popular:
“Cuando un cuento tengas dentro,
mejor
lo dejas salir ,
porque
si lo dejas dentro,
otro
lo vendrá a decir”.
Yolanda de la Colina Flores
21 de agosto del 2012
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