Anglosajona
princesa,
que
en forma le gusta estar,
practica
yoga y pilates,
con
los peces de la mar.
Y
enseña a los pececitos,
alineamiento
y control,
concentración,
precisión,
fluidez
y respiración.
Ejercicios
coordinados,
junto
a cada inhalación,
para
hacer cuerpos flexibles,
y
con gran musculación.
Y
aunque no tienen cintura,
los
pececitos del mar,
aprenden
el powerhouse,
sin
siquiera rechistar.
Lo
que si disfrutan ellos,
es
el yoga practicar,
les
agrada concentrarse,
para
luego meditar.
Y
ya muy relajaditos,
se
ponen ha practicar,
posturas
de hatta yoga,
que
les encanta a rabiar.
Son
buenos con sus ásanas,
o
posturas corporales,
y
se paran de cabeza,
practicando
shirsa ásana.
Con
sálamba sarvángásana,
son
magníficos veleros,
y
entran en meditación,
con
sálamba sirsásana.
Más
lo más difícil es,
de
loto la posición,
pero
hacen su versión,
con
sus colitas de pez.
Y
hacen su padmásana,
con
la colita doblada,
así
entran en comunión,
con
su cuerpo y con su mente.
Porque
lo dicen los mares,
y
también toda la tierra:
“Que
nunca debes dejar,
que
el cuerpo dome a la mente”.
Yolanda de la Colina Flores
24
de agosto del 2012
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