Es una princesa Celta,
con
una afición especial,
ella
cultiva unas perlas,
en
un pequeño coral.
Sus
perlíferos tesoros,
los
guarda en unas bolsitas,
que
ella misma ha construido,
en
crochet hecho de alguitas.
Después
se va por los mares,
y
busca ciertos lugares,
donde
trabajan las madres,
que
también se han vuelto padres.
Porque
sus bellos amantes,
esos
padres de sus hijos,
trabajan
en alta mar,
para
un comida llevar.
Y
tardan largas jornadas,
en
regresar al hogar,
y
a diario luchan a muerte,
con
grandes olas del mar.
Y
ellas juegan en arenas,
con
primorosos bebés,
y
éstos encuentran bolsitas,
que
flotan entre la mar.
Las
bolsitas de perlitas,
que
la princesa ha dejado,
para
ayudar a sus madres,
a
que les den un sustento.
Estas
madres expectantes,
por
que regrese su amor,
se
entretienen esperando,
por
un barco en alta mar.
Muy
pronto se han de encontrar,
en
una plácida playa,
y
ellas juegan con sus nenes,
mientras
regresa papá.
Porque
lo dice un refrán
Que
entre marinos se dice:
“A
quien trabaja arduamente,
el
mar lo vuelve al hogar”.
Yolanda
de la Colina Flores
22
de agosto del 2012
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