Si tiño mis versos,
con mantos y elipsis,
yo creo los adverbios,
de una sicalipsis.
Con trazos de pluma,
yo pinto mi imagen,
con gasas de bruma,
que nada entrecogen.
Y queda plasmada,
tu versión de mí,
la idea brindada,
que tú ves en mí.
Me torno preciosa,
tu diva, tu musa,
bella mariposa,
que de forma muda.
Y soy de alabastro,
perfecta y divina
y no queda rastro,
ni mancha mezquina.
Pues con tu mirada
me cubres de velos,
no hay piel que sea ajada,
me siento en capelo.
Con cabello bruno,
de nuevo puberta,
erotismo puro,
tocando a mi puerta.
Y vas por mis montes,
mis valles y hoyuelos
y no existe apronte,
y voy por los cielos.
Yolanda de la Colina Flores
20 de abril del 2016
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