lunes, 6 de mayo de 2013

ATTENTE D'AVRIL Capítulo 10 (Cuento de Primavera)



 

Capítulo 10

El despertar de las flores

Les sorches tenían que avocarse ahora a despertar a todas las flores del jardín y por ello tenían muy claro que hacer, cuando preguntaron su parecer a Madame Le Fleur Impériale Zinnia, asintió con una amplia sonrisa y con ella elaboraron un plan para despertar a todas esas bellas durmientes, para lo cual se reunieron en casa de Rosalinde.

De acuerdo a su genealogía cada flor iría despertando a las de su especie, en la única forma que sabían hacerlo por supuesto cantando, con ayuda de Madame Le Fleur Impériale Zinnia, a quien ahora llamaban cariñosamente Mam Zinnia, escogieron lo que cada una debía cantar a sus familiares, tomando en cuenta lo que les había dicho y aunque les parecía algo raro, tenía su explicación, las flores debían sacar de su letargo a sus seres queridos con bellas canciones de cuna, dichas melodías los sacarían del sueño invernal, para transportarlos al buen sueño reparador que poseen todos los bebés y del cual despiertan descansados y felices, la selección quedó de la siguiente manera:

La misma Mam Zinnia decidió despertar a sus familiares con una nana al ritmo de una suave cumbia salvadoreña.
Marguerite pensó y pensó…, y entonces todas decidieron que mejor le preguntarían al final.
Iris señaló que lo haría al ritmo de un jarabe tapatío y todas quedaron con la boca abierta, pero respetaron su sentir y aunque sonasen los ritmos muy avivados para las canciones de cuna, todas respetaron lo que cada una eligió.
Rosalinde indicó que ella por su parte entonaría una canción de cuna con los ritmos alegres de un guapango huasteco.
Racine de Sucre, escogió cantar una nana con las notas de un candombe montevideano.
Rommier una nana con las notas victoriosas de  un haylli arahui.
Route de Champs al suave ritmo de una habanera catalana.
Coqueticot d’or, de vigorosa polca norteña.
Rouge Rose tomaría como base un romántico bolero.
Sucke de Miel una antigua canción de cuna mapuche.
Pivoine una a ritmo de un maravilloso mariachi
Bugamvillie por su parte dijo tener preferencia por un jarabe a ritmo de una marimba.
Ceilet prefirió el ritmo de un tango.
Ancolie el de un calypso.
Herbe rouge una maravillosa jarana.
Lilly Papillon una sencilla balada.
Fucshia Fenomenal  los acordes de una gaita zuliana.
Boucle d’orelle las notas de un son jarocho
Tou Jours en vie, seguiría el ritmo de un cadencioso bosanova.
Centauria al ritmo del flamenco y Mímulus, al de una copla andaluza.

Y así siguió una lista que parecía interminable entre todas las flores del jardín. Al final preguntaron de nuevo a Marguerite y divagando dijo: -Hummmmm estaba pensando, ¿en lugar de margarita no debía yo haber sido un pensamiento? Ah… si! lo de la canción de cuna… pues yo he de hacerlo al ritmo de vallenato colombiano. Terminada la reunión las flores fueron al encuentro de sus familias e hicieron todo lo que habían dicho y con las hermosas canciones de cuna cantadas al oído, despertaron paulatinamente a todo el jardín.

Todo parecía muy natural, sin embargo era algo que nunca habían hecho y Marguerite como siempre después de salir de sus pensamientos preguntó: -Mam Zinnia, ¿de dónde nos vienen a nosotros estos cantos? ¿Por qué sabemos hacerlo sin haber tenido ninguna afección por ello y de dónde cada una ha encontrado tan diversas formas, ritmos y clases de música?-

-Ah, mis queridas flores, tengo ahora que contaros una antigua historia, que aunque quizás nadie recuerde ahora está ahí resguardada en cada pecho y corazón de cada una de las flores, es decir en cada una de ustedes y de mí misma por supuesto, ¿queréis escucharla?-

Yolanda de la Colina Flores
Primavera del 2013

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