De pronto yo he caído,
en un profundo mar
y voy a la deriva,
sin nada que pensar.
Donde hay agazapadas,
tormentas impensables
y viven en el fondo,
monstruos insospechables.
Pero no tengo espanto,
ni ningún sobresalto,
pues llevo tu coraza
cual plácido sillón.
Yolanda de la Colina Flores
11 de febrero del 2016
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