sábado, 2 de noviembre de 2013

LA REINA DE LOS OCÉANOS Capítulo 5 (Cuento dedicado a mi madre)


 
Capítulo 5
Entre peces voladores

La nena volvía a soñar nuevamente, pero ahora estaba en su lecho descansando plácidamente y perfectamente arropada, sus devaneos oníricos se encontraban en el palacio en el cual ahora vivía, recorría cada rincón y se daba cuenta que a pesar del corto tiempo que habitaba ese lugar se las había arreglado para tener consigo lo que más le agrada y a lo  que estaba acostumbrada. Tenía todos los libros que adoraba, un sin fin de afeites, perfumes e incontables armarios repletos de ropajes, calzados y accesorios de casi todos los colores que en su mente albergaba, juegos de entretenimiento, muñecas y juguetes de todos los colores, la gran mayoría de estas cosas habían sido confeccionadas por ella, todo esto aunado al hecho de que el mobiliario y menaje de casa estaban realizados como  por encargo a su entera satisfacción.

Sin embargo ella no era feliz, iba de habitación en habitación arrastrando penosamente su pena interna, la privación de ver a sus seres queridos, el sufrimiento que esto le causaba, en fin, le habían agotado de tal modo que parecía deambular por todos los rincones del castillo como si flotara lentamente y de pronto sintió como si una luz la impulsara fuera del mar y ahora podía observarse por sobre éste contemplándolo desde arriba y admirando sus regias playas y litorales, fue un momento tan maravilloso que Ondine pensó que era una de las experiencias más hermosas con que había soñado.

Al despuntar el alba y a medida que el  océano se aclaraba con los rayos de luz solar, Ondine se levantó de su lecho como impulsada por un resorte, se vistió y calzó sus zapatitos con una rapidez inusitada y sin probar bocado se lanzó hacia los alrededores del castillo, seguida a prudente distancia por Ángel. El calzado que ahora portaba resultaba aún mejor que el del día anterior y eso sumado a las clases que le había proporcionado su eterno cuidador provocaban el que ahora pudiera desplazarse a más velocidad.

Ángel le había prometido llevarla a probar su especial método de locomoción con una serie de amigos muy especiales, unos fabulosos peces dorados voladores. Llegaron a un claro dentro del océano donde se encontraban estos amigos realizando una inagotable sucesión de brincos y maromas, éstos de inmediato le invitaron a unirse a sus juegos a la vez que le enseñaban como realizar toda esa serie de malabarismos.

Ondine intentó igualar a sus maestros pero su morfología y su poca experiencia en el  ámbito no le permitieron realizar sus deseos, estuvo con ellos todo el día practicando y practicando y la niña logró un gran avance en su tarea, estaba desfallecida y aunque hacía tiempo que había pasado la hora de comer, ella no cejaba de intentar desplazarse lo  más rápido con sus nuevas técnicas y zapatos.


Por fin, en un instante donde alcanzó una singular concentración pudo elevarse sobre la superficie del mar, emergiendo de éste como un pequeño tapón de alguna bebida gaseosa que hubiese sido abierta. Abrió sus ojos y pudo contemplar como en sus sueños las hermosas playas que se encontraban cerca de sus nuevo hogar con una amplia sonrisa no pudo evitar un suspiro que travieso escapó de su garganta.

Yolanda de la Colina Flores
Otoño del 2013 

Safe Creative #1309075728215

No hay comentarios: