viernes, 15 de noviembre de 2013

MININA MI NIÑA FELINA Capítulo 1 (Cuento de otoño)



Este cuento dedicado a mi cuñada, hermana y amiga está en español, catalán e inglés por solicitud expresa de la cumpleañera.

A Cynthia en su cumpleaños a quien no le agradan los gatos, 
esperando que con este relato les encuentre su lado divertido.

Capítulo 1

Como el flautista de Hamelín

Esta historia no es para quedarse guardada, es para ser contada y ahora te diré porqué.

Ayer por la noche tenía yo mucha sed y aunque mi lecho era de lo más placentero, me vi obligada a separarme de él por un momento y por supuesto enfilé mis pasos hacia la cocina, cual no sería mi sorpresa al ver una pequeña luz mortecina y que del lugar venía una singular musiquilla, de inmediato agudicé mis sentidos y caminé de puntillas, porque definitivamente alguien había invadido mi cocina.

Afortunadamente la puerta de la misma tiene una especie de ventana redonda, cómo las típicas que ilustran en los barcos, centrada en la parte superior de ésta, la cual, así de puntillas, me permite atisbar dentro de ella. No veía nada especial, excepto que sobre la mesa estaba el más precioso de mis candelabros con una de las velas decoradas que guardaba para ocasiones especiales encendida. Como no visualizaba ningún intruso o desconocido decidí entonces traspasar el dintel y abriendo la puerta despacito, vi una escena entre divertida, tierna y escalofriante que te puedas imaginar, tal vez te suene raro el que pueda conjuntar adjetivos tan dispares en una sola frase, pero la escena para mí era así ni más ni menos.

Ahí a la luz de las velas un par de ratoncillos blancos ensayaban una danza, un, dos tres; un, dos, tres; un, dos, tres; repetían y repetían el conteo y los pasos, tenían un pequeño aparatejo, en el cual había una pequeña cinta que rebobinaban y rebobinaban cada vez que querían de nuevo repetir sus pasos. La escena en sí era como ya he dicho, enternecedora y los movimientos gráciles de los ratones me creaban divertimento y así hubiera seguido si no fuera porque a mi los ratones siempre me han provocado escalofríos.

Afortunadamente para mí, en cuanto denotaron mi presencia, después de mirarme con asombro y de emitir unos pequeños chillidos, desaparecieron con toda su parafernalia por debajo de los muebles, quedando sobre la mesa mi candelabro más preciado con su encantadora vela. Después de esto no pude beber un solo vaso de agua, me bebí el contenido de la botella entera, no sabía si soñaba o de verdad estaba despierta, regresé a mi lecho y ahí con el ojo aún cuadrado por tal revelación, pasé las horas contemplando el hermoso tapiz de mi habitación hasta que lo iluminaron los primeros rayos del sol.

Al día siguiente comenté con toda la familia lo acontecido y todos se reían de mi experiencia, la mayoría dudaban que fuera cierto y finalmente llegaron a la conclusión de que así era, pero no todos adquirieron la misma actitud, ni tampoco llegaron a la misma conclusión, mi marido, fiel a mi como siempre me creía de forma incondicional y  a pie juntillas y mi hija Minina, quien durante todo mi monólogo y conclusiones de los demás, mantuvo la calma,  se limitó a esbozar una sonrisa, mientras comía con diminutos mordiscos una tostada con mantequilla y miel y se bebía a sorbitos una tacita de cocoa humeante, y después que todos terminaron de disertar y ratificar sus múltiples conclusiones, Minina simplemente musitó: -Son mis amigos y están aprendiendo a bailar.-

Todos permanecimos callados durante un tiempo que pareció eterno, hasta que yo saliendo de mi estado de estupefacción le pregunté: ¿Cómo es así? cuéntanos Nina.- Limpiando su boquita con su servilleta con finas y gráciles maneras, mi pequeña nos comentó como todo esto empezó con sus primeras lecciones de clarinete, cuando por fin después de estar ensayado mucho y haber por fin aprendido a interpretar un pieza completa, la empezó a tocar en su habitación, y de pronto ellos vinieron de no sabía dónde, sólo sabía que habían entrado por la ventana.

Al principio se quedaron sentaditos en el dintel de la misma y poco a poco habían ido ganando territorio. Empezaron a escuchar su incipiente interpretación, sobre la cama, descansando recostados sobre mullidos cojines, posteriormente se aventuraron a bajar al suelo y desde ahí empezaron a realizar una serie de bamboleos de lo más estrambótico, que no le quedó más remedio que dejar de tocar para indicarles como hacerlo correctamente, y ésto Minina lo hacía muy bien ya que tomaba diversas clases de danza, pero en cuanto su melodía cesó y pronunció la primera palabra éstos se escabulleron en una forma tan rápida que fueron un visto y no visto.

Poco a poco se las fue ingeniando para indicarles formas y pasos que cuadraban perfectamente con lo que interpretaba, con una batuta o con gestos, pero esto le resultaba un tanto incómodo ya que tocar con una sola mano era bastante difícil, hasta que finalmente ella misma se enzarzaba en la danza, al mismo tiempo que tocaba. Los ratoncitos estaban encantados y empezaron a cuchichear entre sí y Nina se quedó sorprendida ya que les entendía perfectamente, intentó tratar de hablar con ellos pero siempre ocurría lo mismo, en cuanto ella dejaba de tocar, los ratones desaparecían de su habitación huyendo como despavoridos.

Una noche se le ocurrió probar algo que había leído en un libro, comunicarse telepáticamente con los ratoniles bailarines y ¡eureka!, funcionó a las mil maravillas. Ahora eran sus amigos y todas las ocasiones en que Nina ensaya el clarinete, ellos vienen a bailar, es por ello que a su profesor de música le ha pedido le enseñe varias melodías bailables de diversos ritmos musicales, como sus amigos son un tanto cuanto patosos les cuesta mucho aprender los bailes, pero les encanta bailar, así que han prometido ensayar por las noches, lo que Nina no sabía es que lo hacían en la cocina.

Nina siguió platicando acerca de cómo ahora, mientras ella tocaba, ellos a veces bailaban, otras se montaban un picnic al centro de la habitación, o se tendían sobre su lecho y cojines boca arriba, en bañadores, con gafas de sol y hermosos parasoles, a tomar el sol que se filtraba por su ventana. En otras ocasiones se dedicaba a recorrerla jugando por su cuerpo, inspeccionándolo todo, incluso que había bajo sus cabellos. Los momentos más gratos los pasaba, cuando ahí sentaditos sobre diversos puntos de la habitación y acompañados por la música más tenue y ad hoc a la circunstancia, le narraban cuentos, chistes he historias sobre ratones. Pero aún no había conseguido lograr que ellos realizaran todo esto, sin que ella parara de tocar, una a una todas las veces que lo intentaba los ratoncillos se esfumaban en un simple pestañeo.

Todos tratamos de explicarle que para nosotros sus recientes amigos, nos resultaban un tanto molestos, porque tenían fama de robar cosas, entre ellas principalmente la comida y porque entre otras cosas nos producían una especie de repeluz. Nina apaciguó nuestras angustias ratificando que sus amiguitos sólo venían a bailar y a pasar gratos momentos con ella, que todos trabajaban en un circo, donde por cierto eran muy bien tratados y alimentados.


Así que a partir de esa noche, tuve que habituarme a que los mentados ratoncillos con su extraño aparatejo, invadieran noche a noche mi cocina, ahora convertida en improvisado salón de escuela de baile. 



MIXETA LA MEVA NENA FELÍ

A Cynthia en el seu aniversari a qui no li agraden els gats, esperant
que amb aquest relat els trobi el seu costat divertit.

Capítol 1

Com el flautista de Hamelín

Aquesta història no és per quedar-se guardada, és per ser explicada i ara et diré perquè.

Ahir a la nit tenia jo molta sigueu i encara que el meu jaç era d'allò més plaent, em vaig veure obligada a separar-me d'ell per un moment i per descomptat vaig dirigir els meus passos cap a la cuina, com no seria la meva sorpresa en veure una petita llum somorta i que del lloc venia una singular musiquet, immediatament vaig aguditzar els meus sentits i vaig caminar de puntetes, perquè definitivament algú havia envaït la meva cuina.

Afortunadament la porta de la mateixa té una espècie de finestra rodona, com les típiques que il·lustren en els vaixells, centrada en la part superior d'aquesta, la qual, així de puntetes, em permet entrellucar dins d'ella. No veia gens especial, excepte que sobre la taula estava el més preciós dels meus candelers amb una de les espelmes decorades que guardava per a ocasions especials encesa. Com no visualitzava cap intrús o desconegut vaig decidir llavors traspassar la llinda i obrint la porta lentament, vaig veure una escena entre divertida, tendra i esgarrifosa que et puguis imaginar, tal vegada et soni rar el que pugui conjunyir adjectius tan dispars en una sola frase, però l'escena per a mi era així ni més ni menys.

Aquí a la llum de les vés-les un parell de ratolins blancs assajaven una dansa, un, dos tres; un, dos, tres; un, dos, tres; repetien i repetien el l'enumeració i els passos, tenien un petit aparell, en el qual hi havia una petita cinta que rebobinaven i rebobinaven cada vegada que volien de nou repetir els seus passos. L'escena en si era com ja he dit, tendra i els moviments gràcils dels ratolins em creaven diversió i així hagués seguit si no fos perquè al meu els ratolins sempre m'han provocat esgarrifances.

Afortunadament per a mi, quan van denotar la meva presència, després de mirar-me amb sorpresa i d'emetre uns petits xiscles, van desaparèixer amb totes les seves cosesper sota dels mobles, quedant sobre la taula el meu candeler més preuat amb la meva encantadora espelma. Després d'això no vaig poder beure un sol got d'aigua, em vaig beure el contingut de l'ampolla sencera, no sabia si somiava o de debò estava desperta, vaig tornar al meu jaç i aquí amb l'ull encara quadrat per tal revelació, vaig passar les hores contemplant el bell tapís de la meva habitació fins que ho van il·luminar els primers rajos del sol.

L'endemà vaig comentar amb tota la família l'esdevingut i tots reien de la meva experiència, la majoria dubtaven que fos cert i finalment van arribar a la conclusió que així era, però no tots van adquirir la mateixa actitud, ni tampoc van arribar a la mateixa conclusió, el meu marit, fidel a mi com sempre em creia de forma incondicional i a peus junts i la meva filla Mixeta, qui durant tot el meu monòleg i conclusions dels altres, va mantenir la calma, es va limitar a esbossar un somriure, mentre menjava amb diminutes mossegades una torrada amb mantega i mel i es bevia a petits xarrups una tasset  de xocolata fumejant, i després que tots van acabar de comentar i ratificar les seves múltiples conclusions, Mixeta simplement va mussitar: -Són els meus amics i estan aprenent a ballar.-

Tots vam romandre callats durant un temps que va semblar etern, fins que jo sortint del meu estat d'estupefacció li vaig preguntar: Com és així? explica'ns Mix.- Netejant el seu petita boca amb el seu tovalló amb fines i gràcils maneres, la meva petita ens va comentar com tot això va començar amb les seves primeres lliçons de clarinet, quan per fi després d'estar assajat molt i haver-hi per fi après a interpretar un peça completa, la va començar a tocar a la seva habitació, i de sobte ells van venir de no sabia on, només sabia que havien entrat per la finestra.

Al principi es van quedar asseguts en la llinda de la mateixa i a poc a poc havien anat guanyant territori. Van començar a escoltar la seva incipient interpretació, sobre el llit, descansant recolzats sobre embuatats coixins, posteriorment es van aventurar a baixar al sòl i des d'aquí van començar a realitzar una sèrie de moviments d'allò més estrafolaris, que no li va quedar més remei que deixar de tocar per indicar-los com fer-ho correctament, i això Mixeta ho feia molt bé ja que prenia diverses classes de dansa, però quan la seva melodia va cessar i va pronunciar la primera paraula aquests es van esfumar en una forma tan ràpida que van anar un vist i no vist.

A poc a poc les hi va ser enginyant per indicar-los formes i passos que quadraven perfectament amb el que interpretava, amb una batuta o amb gestos, però això li resultava una miqueta incòmode ja que tocar amb una sola mà era bastant difícil, fins que finalment ella mateixa s'enredava en la dansa, al mateix temps que tocava. Els ratolins estaven encantats i van començar a xiuxiuejar entre si i Mix es va quedar sorpresa ja que els entenia perfectament, va intentar tractar de parlar amb ells però sempre ocorria el mateix, quan ella deixava de tocar, els ratolins desapareixien de la seva habitació fugint com a espaordits.

Una nit se li va ocórrer provar alguna cosa que havia llegit en un llibre, comunicar-se per telepatia amb els ratolins ballarins i ostras!, va funcionar d'allò més bé. Ara eren els seus amics i totes les ocasions en què Mix assaja el clarinet, ells vénen a ballar, és per això que al seu professor de música li ha demanat li ensenyi diverses melodies per ballar diversos ritmes musicals, com els seus amics són una miqueta quant maldestres els costa molt aprendre els balls, però els encanta ballar, així que han promès assajar a les nits, la qual cosa Mix no sabia és que ho feien en la cuina.

Mix va seguir explicant sobre com ara, mentre ella tocava, ells de vegades ballaven, unes altres es muntaven un pícnic al centre de l'habitació, o es tendien sobre el seu jaç i coixins de cap per amunt, en vestits de bany, amb ulleres de sol i bells ombrel·les, a prendre el sol que es filtrava per la seva finestra. En altres ocasions es dedicava a recórrer-la jugant pel seu cos, inspeccionant-ho tot, fins i tot que hi havia sota els seus cabells. Els moments més grats els passava, quan aquí asseguts sobre diversos punts de l'habitació i acompanyats per la música més tènue i ad hoc a la circumstància, li narraven contes, acudits he històries sobre ratolins. Però encara no havia aconseguit aconseguir que ells realitzessin tot això, sense que ella parés de tocar, una a una totes les vegades que ho intentava els ratolins s'esfumaven en un simple parpelleig.

Tots tractem d'explicar-li que per a nosaltres els seus recents amics, ens resultaven una miqueta molests, perquè tenien fama de robar coses, entre elles principalment el menjar i perquè entre altres coses ens produïen una espècie de aversió. Mix va apaivagar les nostres angoixes ratificant que les seves petits amics només venien a ballar i a passar grats moments amb ella, que tots treballaven en un circ, on per cert eren molt bé tractats i alimentats.

Així que a partir d'aquesta nit, vaig haver d'habituar-me al fet que els esmentats ratolins amb el seu estrany petit aparell, envaïssin nit a nit la meva cuina, ara convertida en improvisat saló d'escola de ball.




MININ MY FELINE GIRL

For Cynthia in hers birthday who does not like cats, hoping
with this story she will find its funny side.

Chapter 1

As the pied piper of Hamelin

This story is not to be saved, is to be told, and now I will tell you why.

Last night my bed was more pleasant, but I was really thirsty so, I was obliged to separate me from it for a moment of course headed my steps towards the kitchen, which was my surprise to see a small dim light and that place had a singular music, immediately sharpen my senses and walked on tiptoe, because someone had definitely invaded my kitchen.

Fortunately the door it has a kind of round window, how typical illustrating in boats, centered at the top of this, which, thus on tiptoe, allows me to glimpse inside it. I didn't see anything special, except that on the table was the most precious of my chandeliers with a decorated candles kept lit for special occasions. As it’s not displayed any intruder or unknown I decided to then transfer the lintel and opened the door slowly and saw a scene between funny, tender and creepy that you can imagine, maybe you sound weird which can bring together disparate adjectives in a sentence, but the scene for me was thus neither more nor less.

There in the light of the candles, a couple of white little mice rehearsed a dance, one, two, three; one, two, three; one, two, three; repeated and repeated the count and steps, they had a small and rare machine, in which there was a small tape rewinding and rewinding whenever they wanted to again repeat his steps. The scene itself was as I have already said, touching and graceful movements of mice created me fun and thus it would have followed if not because of me, mice have always caused me chills.

Fortunately for me, as soon as they denoted my presence, after looking at me with amazement and issuing a few small squeals, disappeared with all its paraphernalia underneath furniture, leaving on the table my most precious charming candle chandelier. After that I could not drink a single glass of water I drank the whole bottle contents, I didn't know if he was dreaming or really I was awake, I went back to my bed and there with the eye still square by such a revelation, I spent hours contemplating the beautiful tapestry of my room until the first rays of sunlight illuminated it.

The next day the whole family mentioned what happened and everyone was laughing at my experience, most doubted that was true and finally concluded that it was, but not all acquired the same attitude, nor reached the same conclusion, my husband, faithful to me as I always thought of blindly and unconditionally and my daughter Minin, who during my monologue and conclusions of others, remained calm, merely a smile, as she ate with tiny bites one toast with butter and honey and sipped a cup of steaming cocoa, and after everyone finished lecturing and ratify its many conclusions, Minin simply whispered:
-they are my friends and they are learning to dance. –

We all stood silent for what seemed like forever, until I get out of my state of stupefaction I asked: How is it? Nin tell us. - Wiping his mouth with his napkin with fine and graceful ways, my little told us how it all began with her first clarinet lessons when finally after being tested a lot and have finally learned to play a full part, the started playing in her room, and suddenly she did not know where they came from, only that they had come through the window.

At first they were sitting-on the lintel of the same and had been slowly gaining ground. They began to hear his fledgling interpretation, on the bed, resting lying on soft cushions, then ventured down to the ground and from there began a series of wobbles as bizarre, she had no choice but to stop playing for telling them how to doing it properly, and this made it very well Minin and taking various dance classes, but as the melody stopped and uttered the first word they slipped in so quickly that they were a seen and unseen.

Little by little she will devise to indicate ways and steps that add up perfectly with what we played, with a baton or gestures, but that she was somewhat awkward as playing with one hand was quite difficult, until finally she linking herself in dance while playing. The mice were delighted and started whispering to each other and Nin was surprised because I understood perfectly, tried to try to talk to them but it was always the same, as soon as she stopped playing, the mice disappeared from his room running like terror.

One night she came to try something I had read in a book, mousy communicates telepathically with dancers and eureka!, it worked like a charm. Now her friends, no matter where and all the times Nin tested the clarinet, they come to dance, which is why her music teacher she asked he teach her several dance tunes of various musical rhythms, as her friends are somewhat clumsy as find it hard to learn the dances, but I love to dance, so I have promised rehearse at night, what Nin didn’t know was that they did in the kitchen.

Nin continued talking about how now, while she played, they sometimes danced, others rode a picnic to the center of the room, or they lay on his bed and cushions face up, in bathing suits, wearing sunglasses and beautiful umbrellas, to the sun filtering through her window. At other times was dedicated to cross it playing for your body, inspecting everything, even beneath her hair. The fondest moments were spent, when there sit-on various points in the room, accompanied by music and ad hoc dimmer to the circumstance, she told tales, jokes have stories about mice. But she had not managed to get them to undertake all of this, but all the times when she tried to stop playing, one by one  the little mice disappear  like a smoke in just a blink.

We all try to explain that to ushers recent friends, we proved a bit annoying, because they had a reputation for stealing things, including food and mainly because among other things we produced a kind of aversion. Nin calmed our anxieties confirming that his friends just came to dance and spend pleasant moments with her, they all worked in a circus, which by the way were very well treated and fed.

So from that night, I had to get used to that mentioned little mice with their strange machinery, nightly invaded my kitchen, now turned into impromptu dance school hall.

Yolanda de la Colina Flores
Otoño del 2013

    
Safe Creative #1305285170097

No hay comentarios: